El curso más exigente del Lleida Esportiu nace con dudas

Un cabezazo de Arnau Gaixas a la salida de un córner, y con dedicatoria muy especial al añorado Dani Badia, permitió a un Lleida, con demasiados claroscuros, salvar los muebles ante un discreto Ebro. Primeros tres puntos, tras la derrota inicial en Teruel, que no dejan entrever, todavía, hasta donde puede llegar este equipo. Porque no se llamen a engaño. Esta temporada 2022-23 no es una más. No es una etapa de transición. El proyecto de Luis Pereira y Vicente Javaloyes se juega demasiadas cosas a corto plazo como para fallar. El propio técnico, Pere Martí, tras caer en Pinilla, ya confesaba que había notado presión en el entorno. Es lógico. El club tiene muchos frentes abiertos que, por desgracia, solo se cerrarán con resultados.

Bueno, eso pasa en todos los órdenes de la vida: resultados económicos, electorales o deportivos que, en este caso, es de lo que se trata. Solo ganando se conectará con una masa social (1.550 socios por ahora de los 3.000 previstos) que, salvo una selecta minoría, solo reacciona a base de goles. Solo ganando se podrá decantar, a favor de los actuales gestores del club, el interminable, y a estas alturas ya cansino, litigio con Albert y Jordi Esteve, que de manera incomprensible siguen dominando las redes sociales con dos perfiles ciertamente sorprendentes: “Lleida Esportiu” y “Pereirajavaloyes” desde las que despotrican a más y mejor.

Y solo ganando (y si es con un ascenso mejor) podrá alejarse esa sombra amenazante que responde al nombre de Atlètic Lleida. Bien que hacen sus responsables de querer llegar a lo más alto, pero viendo la presentación de la pasada semana en el Raimat Golf Club quedó más que clara su declaración de intenciones. Ahora dos categorías les separan.

Los de Cappont también se han autoimpuesto presión: sólo les vale el ascenso a Tercera RFEF. ¿Se imaginan que el Lleida pincha y pierde la categoría? Como me decía ayer en el Camp d’Esports un compañero, curtido en mil batallas. “Sería estrenar, para bien o para mal, un derbi del Segre inimaginable años atrás”. Así que habrá que ponerse las pilas, aunque solo se lleven disputadas dos jornadas, no sea el caso de que se cumpla la Ley de Murphy.

PD-1: Ya sabemos que los árbitros están para que la gente despotrique de ellos a las primeras de cambio, pero tampoco es plan de ningunearlos obviando sus nombres en las alineaciones del partido que facilita el club. El error ya se cometía en la pasada temporada y, por lo que vemos, no se ha enmendado.

PD-2: Nos alegramos muchisimo al ver en el banquillo del Lleida al eterno delegado Walter Littin superados sus problemas de salud.