LA CONTRACRÓNICA
Apelar a la épica, a veces, no es suficiente
En otras circunstancias, el empate de ayer en el Camp d’Esports ante un Manresa que no jugaba en el estadio leridano desde el último partido de la campaña 75-76 (o sea, hace ya 46 años) –con victoria manresana por 1-2– hubiese parecido decepcionante, pero tal y como fueron las cosas habrá que darlo por bueno. El arbitro riojano Calvo Martínez no tuvo su día, cometió más errores que aciertos y fue clave en la jugada que marcó el devenir del partido: la expulsión, con roja directa, de Chuli por una entrada a Putxi. Quedaban 75 minutos por delante, más el añadido, y el Lleida se quedaba con diez.
Como en la Segunda RFEF no hay VAR, hay que fiarse de la primera impresión y, sí, la entrada fue dura. Y el criterio árbitral, riguroso. Pero eso desquició al Lleida, que lo protestó prácticamente todo, y , no sé si también, amedrentó a un Manresa que, puede que esté, ahora mismo, arriba, en zona de play off, pero que tras conseguir adelantarse en el marcador dio la sensación de ser un equipo menor.
Le faltó la misma ambición para irse arriba a “matar” al rival, que la garra que le sobró al Lleida, que apeló a la épica de siempre aunque, a veces, no es suficiente para remontar (ocasiones las tuvo), pero sí para empatar. Las estadisticas son claras. El Lleida, tres goles anotados, ocho puntos.
El Manresa, cuatro y once. Es lo que hay. En cambio, sí que vimos (buenos) detalles en el equipo de Pere Martí, muy nervioso, como casi siempre, toda la tarde.
La defensa parece fiable con cuatro jugadores que parecen que van a ser más que fijos y que los aficionados, que ayer vinieron en menor número de lo previsible al Camp d’Esports, se la aprenderán de memoria. Y mientras delante el técnico castellonense sigue sin encontrar con la fórmula ideal para ver portería, en el centro del campo sí que se ha descubierto a la nueva perla azul: Quadri Liameed. Nigeriano, 20 años, ahora mismo, el referente del equipo.
Todo el juego pasa por sus botas y además con criterio, leyendo bien el partido y viendo cuál de sus compañeros está mejor situado para recibir el balón. El “30”, ahora mismo, muestra tantas y tan buenas prestaciones que la categoría se le está quedando pequeña. Va camino de ser objetivo en el mercado de invierno.
Aplausos. Aunque siguen manteniendo los dominios en twitter de “Lleida Esportiu” y “Pereira Javaloyes”, los hermanos Esteve llevan todo el mes de octubre de vacaciones. El (mal) entorno, parece ahora menos enrarecido que tiempo atrás.
Abucheos. El club, que se ve que nos lee, ha colocado, por fin, el nombre del árbitro y la clasificación completa en la hoja de alineaciones. Ahora solo falta mejorar las prestaciones de megafonía y del electrónico, indicando las tarjetas (locales y visitantes), los goles del equipo rival, y las sustituciones del contrario. Con eso el Camp d’Esports ya parecerá un campo de verdad.