SEGRE

LA CONTRACRÓNICA

¿Qué haríamos sin Arnau Gaixas?

Pere Martí. El entrenador lamentó “habernos dejado tantos puntos” y dijo que está cansado de repetir que “el equipo está creciendo”

Pere Martí, abandonando el campo tras el partido en Ca n’Anglada.

Pere Martí, abandonando el campo tras el partido en Ca n’Anglada.JORDI ECHEVARRIA

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Es cierto, este Lleida suma ya cuatro partidos sin conocer la derrota (tres empates y una victoria) pero en la clasificación, pese a haberse disputado tan solo siete jornadas de competición, está más cerca del descenso (tres puntos) que del play off de ascenso (cuatro).

El liderato, que ostenta el Teruel, queda a ocho. Dicho esto, y aceptando que la Liga no ha hecho más que comenzar y que quedan todavía veintisiete jornadas –sí, 27–, por disputarse, todo está todavía por decidir, pero las sensaciones, aún no siendo malas, no son tampoco excesivamente positivas. Este Lleida da la sensación que sigue en fase de construcción y aunque muestra ligeras mejorías tampoco están la cosas como para lanzar cohetes.

Lo malo del fútbol, al igual que ocurre con los resultados electorales, es que siempre permite una lectura positiva, para los optimistas, claro. Si aceptamos como objetivo primordial que en esta campaña, con todo lo que está en juego, es vital, cuando menos, acceder a jugar el play off de ascenso, no hay, todavía, por lo que preocuparse del todo, pero algo sí. Es cierto que el proyecto de Luis Pereira ha tenido muchos, muchísimos problemas, para iniciarse.

Sí, es lo que hay, pero tampoco puede mirar hacia otro lado con la circunstancia de que, dificultades aparte, las cosas no están saliendo como se esperaba. Es evidente que a este equipo le falta gol. Mucho gol.

Cuatro goles en siete partidos son muy pocos –es verdad, solamente se han encajado cuatro– pero algo habrá que mejorar en tareas ofensivas, y más teniendo en cuenta que de esos cuatro, dos los ha anotado un central, Arnau Gaixas (ante el Ebro y ayer en el municipal de Ca n’Anglada de Terrassa) y eso no deja en damasiado buen lugar a los teóricos delanteros del equipo que, por ahora, no están por la labor. Es cierto que Mané, el entrenador cuyo busto debería de figurar en la tribuna del Camp d’Esports, dijo en su día, que prefería a ocho jugadores con un gol anotado en el equipo que a uno solo que hubiese marcado los ocho, pero no es bueno fiarse demasiado de la eficacia goleadora de un solo delantero. No es comparable, es verdad, pero el Barça, por citar un ejemplo, lo fía todo al acierto de Levandowski, pero cuando este no consigue perforar la portería contraria, e incluso haciéndolo como ante el Inter, el equipo se resiente. Y mucho. Así que habrá que ponerse las pilas. Vienen dos partidos en casa.

Aplausos. Ya lo hemos dicho, los de Pere Martí han sumado seis de los últimos doce puntos en juego. No es para echar cohetes, pero puede servir.

Abucheos. Con tan solo cuatro goles marcados en siete partidos no se puede aspirar a grandes cosas en una Liga tan competitiva como este grupo tercero de la Segunda RFEF

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