Lectura arbitral

En un partido de baloncesto son múltiples los actores que entran en juego. Los más importantes son los jugadores sin lugar a dudas y detrás de ellos los entrenadores. Obvio.

Sin embargo no podemos dejar de enumerar otras variables que pueden condicionar el desarrollo y, en consecuencia, el resultado final del encuentro. Nos referimos a la afición y a los árbitros. La afición con su actitud y pasión desenfrenada ayuda y de qué manera a elevar al equipo en los momentos decisivos.

Es una variable que cuenta y mucho, por encima de todo en pabellones como el nuestro, donde se hace fuerte y se ha convertido en el jugador número seis en la pista. La otra es la arbitral y aquí es donde un equipo y sus entrenadores tienen que ser hábiles e inteligentes a la hora de saber leer el partido y el nivel de exigencia de los colegiados tanto con respecto a las faltas o no faltas como al lenguaje verbal y no verbal.Una buena lectura del listón que los árbitros ponen al encuentro nos arrojará luz para saber conducir el partido tanto en defensa como en ataque. Ayer en Oviedo no hizo falta por la diferencia tan abismal sobre la pista de Pumarín.

Esta es la excepción. La norma es que, a veces, va de un punto y una técnica a destiempo, una protesta innecesaria y una mala lectura arbitral nos pueden conducir a la derrota.Menos protestar, más concentración y más empatía. Ya tenemos un 5 a 1.

Eso pinta bien. Array