El Lleida le está cogiendo el gusto a esto de ganar

Esto del fútbol, ya es cosa sabida, va de rachas y sensaciones. El Lleida, hace tres semanas, parecía tocado y hundido, por juego no tanto, la verdad, pero sí por resultados y por constatar que los jugadores andaban alicaídos y con una evidente falta de confianza. Así llegaron, además de una mala estadística, tres derrotas consecutivas que dejaron a los de Pere Martí en plaza de descenso.

Pero ha bastado, de momento, la terapia de grupo de Martí y la arenga, con claras advertencias del presidente Luis Pereira, para que el personal se haya puesto las pilas y haya conseguido en dos partidos lo que no había logrado hasta ahora: ganar dos partidos seguidos, marcar más goles en ellos (6) que en los once jugados anteriormente y conseguir otro logro nada desdeñable como es el de que, por primera vez esta temporada, haya anotado más de un gol en el Camp d’Esports y haya vuelto a ganar desde aquel lejano 11 de septiembre en que el Ebro cayó derrotado (1-0). Además de a los aragoneses, los azules solo habían conseguido perforar la portería contraria solo dos veces: Manresa y Saguntino. Y ante Peña Deportiva, Olot y Alzira ni eso porque se quedaron a cero.

El caso es que ahora los de Pere Martí huyen de la zona de peligro aunque aún están más próxima a ella que de los lugares de privilegio, pero la perspectiva es otra. Aunque sin haber hecho nada determinante, el equipo muestra otra cara. Es verdad que pocas veces se encontrará a un equipo que plantee tan pocas dificultades como este Ibiza de Raúl Garrido, al que le va ya el carro por el pedregal, pero también otros conjuntos rivales, con menos, puntuaron aquí.

Pero se ve que el actual Lleida se ha aplicado a la táctica del trabajo, trabajo y más trabajo, y a cogerle el gusto (y esperemos que el tranquillo también) a esto de ganar y, además, con jugadores que están claramente en línea ascendente de rendimiento como son los casos de Joan Monterde, Alpha Bagayoko, David López –esperemos que su lesión de ayer no sea nada seria– o Alejandro Mejía. Los tres primeros fueron titulares de manera merecida y Mejía mostró muy buenos detalles en los minutos de que dispuso, como la asistencia en el 2-0 a Svitiukha. Ahora solo falta esperar que en Mallorca siga la racha.

Aplausos: El Lleida y los responsables del Bus de l’Afició ya han hecho las paces. Algunos de sus responsables estuvieron en el palco, invitados por la directiva, viendo la victoria ante el Ibiza Islas Pitiusas. El domingo, en Mallorca, como es lógico, no habrá Martineta, pero en El Prat, el 8 de enero, sí.

Abucheos: Pese al 0-4 de Alicante, el Camp d’Esports registró una muy pobre entrada. El frío y el inicio del puente, sin duda, influyeron lo suyo, pero los que acudieron no dejaron de animar al equipo del primero hasta el último minuto de los cinco de añadido que decretó el colegiado.