LA CONTRACRÓNICA
La trastienda
Cuando vamos a ver un partido la trastienda de un equipo suele pasar muy desapercibida. Únicamente vemos a un grupo de jugadores que trata de luchar para conseguir una victoria en 40 minutos de juego activo, de canastas y fallos, de alegrías y decepciones y que, a pesar que algunos jugadores probablemente no sepan si el Segre pasa por Lleida, intentarán hacer que la afición salga con una sonrisa de triunfo. Hoy contra el Castelló, salió cruz y la sonrisa se desfiguró.
Pese a no lograrlo, por detrás, existe una trastienda cargada de intenso trabajo. Cuando finaliza un partido, ya empieza el siguiente. Todo tiene que estar planificado y preparado, cualquier contratiempo debe estar contemplado.
No es suficiente conocer cuáles son sus jugadores referentes, hay que ver vídeos del rival y conocer dónde dispone de los mejores ratios de tiro, así como las zonas donde se produce más juego. Conocer hasta el mínimo detalle, saber en qué momento el rival puede ser más débil. El entrenador debe tener toda esta información trabajada y procesada.
La lectura del partido no es improvisada, la sorpresa no forma parte del juego. El entrenador lo sabe y aunque el jugador será el ídolo que convertirá esa última canasta en una victoria, hay muchas horas previas de trabajo.Y, a pesar de todo, no siempre sale bien, pero el entrenador no puede permitirse el lujo de “sanarse las heridas”, el próximo partido es inminente, debe encontrar aquello que no salió bien, dónde se produjeron los errores y actuar sobre ellos. Dispone de pocos días para corregir y mejorar, sabiendo que el rival ha trabajado lo mismo.
Y así día tras día… La “partida” se juega cada jornada y lo que la afición ve en el campo es lo cocinado en la trastienda.