Habrá que ir haciendo la carta a los Reyes Magos

La cosa iría más o menos así: “Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar, como me he portado relativamente bien dentro de lo que cabe y no la he cagado demasiado, me atrevo a pediros, además de lo que tengáis a bien traerme, que me dejéis en el Camp d’Esports un nueve de verdad, de los que deciden los partidos, y también un organizador con mando en plaza. Firmado, Luis Pereira”. No queda otra después de ver como el Lleida Esportiu sufrió una nueva decepción en un semivacío Camp d’Esports con una derrota ante un rival directo como es el Badalona Futur, que jugó con diez los últimos 25 minutos y que, además, fue capaz de conseguir el 0-2 con un tiro parabólico desde practicamente el centro del campo.

O sea, el equipo acaba el 2022 de la peor manera posible, con su séptima derrota en 15 partidos y colocándose, a la hora de irse de vacaciones, en zona de descenso.En fin, que da la sensación, ¡bueno eso ya lo intuíamos, y así lo escribíamos, hace semanas, que esta campaña va camino de ser de transición para ver qué se puede hacer de cara a la próxima, porque lo que se está viendo en el césped no invita precisamente al optimismo. Repasemos el equipo. Bajo palos, con eso de las rotaciones, ni Iñaki Álvarez ni Ramon Vila han acabado de consolidarse y no dan sensación de seguridad alternando buenos aciertos y demasiados errores.

Los cinco de atrás, sí parecen fijos, con Pladevall, Figueras, Gaixas, Monterde y Nani. Al menos ahí, salvo despistes puntuales, estamos mínimamente bien. En el centro del campo está Quadri y dos plazas que van repartiéndose el resto de centrocampistas.

Y delante ya es el acabose. Acertar el trío ofensivo esta más complicado que dar con la combinación ganadora en el Euromillón o La Primitiva. Pere Martí, que ayer tuvo que volver a escuchar desde el Gol Nord (la zona más radical del campo) lo de “Pere vete ya” (¿Por qué será que los cánticos más críticos se entonan siempre en castellano?), prueba y prueba, pero ninguna iniciativa le sale bien.

Ningún jugador acaba resultando resolutivo. Ayer, sin ir más lejos, se falló un gol cantado con 0-0 y con Denys solo ante el portero. Y con el 1-2, ya en el añadido, Danylo falló el empate a portería vacía. Así que vamos a confiar en los Reyes Magos. Es lo que hay porque no queda otra.

Aplausos: La iniciativa de la “Lluvia de peluches” del club durante el descanso del partido fue todo un éxito, superando todas las expectativas. Contabilizamos más de un centenar lanzados desde Tribuna, Lateral y Gol Nord. También estuvo bien, no era para menos, el minuto de silencio en memoria de Irina Mihaela, la leridana víctima del enésimo crimen machista.

Abucheos: Este Lleida desesperaría al mismísimo Job. Comete tantos y tantos errores que eclipsan los aciertos, que también los tiene, exhibidos a lo largo del partido.