SEGRE

LA CONTRACRÓNICA

El Lleida amarga la Mona a los aficionados

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Fue domingo, sí, pero no de resurrección, y perdonen el chiste fácil. En plena Semana Santa, y con una afluencia de espectadores que, sin ser buena, sí fue mejor de lo que podía esperarse, el Lleida perdió ante un Hércules que recupera su fe en poder entrar todavía en el play off. Los resultados de la jornada, ¡menos mal!, fueron favorables a los intereses del Esportiu, que se mantiene en idéntica posición en la que estaba antes de su inicio.

Las diferencias por abajo son las mismas. El Alzira, que marca el play out, queda a un punto y el descenso, que lo marca el Prat, está a tres. Lo malo es que quedan cada vez menos jornadas y el margen de error disminuye a plazos agigantados.

A los de Viadero les restan cinco partidos, a cual más complicado comenzando por el del próximo domingo (12.00 horas) en el feudo del Ibiza Islas Pitiusas, en zona de descenso y a nueve puntos de los azules. Sin embargo, una derrota podría complicar aún más sus perspectivas de permanencia. Los dos de casa también serán verdaderas finales ante Mallorca B y Prat, y restará desplazarse a Badalona y a la Dani Jarque.

El caso es que ayer el Lleida no jugó bien. Se le notaba que tenía respeto a los alicantinos y estos, a su vez, a los locales. Sin embargo, dos errores incomprensibles en defensa decantaron el partido.

El primero, afortunadamente, acabó en córner pero, a renglón seguido, el segundo acabó en gol. Fue un veradero regalo que dio alas a los herculanos y generó dudas a los de Viadero, que ya se vieron incapaces –una gran parada de Carlos Abad y un remate al palo de Svityukha y para de contar– de remontar a un rival con mucho oficio, y por mucho oficio hay que entender cómo conseguir que transcurran los minutos sin que ocurran demasiadas cosas sobre el césped. Sí, es un recurso de equipo pequeño, pero es que el cuadro alicantino, ahora mismo lo es.

De aquel gran Hércules, que brillaba en Primera, ya solo queda el recuerdo y, obviamente, el nombre y el escudo.Y una última cosa que ya hemos apuntado en anteriores ocasiones. Alpha Bagayoko es, ahora mismo, el mejor jugador del equipo. Lo malo es que no tiene gol.

Ayer rozó la excelencia. Atacó por la derecha, por la izquierda, provocó la falta que le costó la expulsión al visitante Riera y jugó también como lateral derecho para generar más peligro por la banda. Lo suyo, ayer, fue de sombrero.

Aplausos.No pudo debutar con victoria pero nos alegramos de ver como flamante delegado de campo al canterano Joel Mur, un excelente portero, cuya madre, Marian, trabajó muchos años en el área administrativa del Camp d’Esports.Abucheos. Ya sabemos que ahora mismo es lo menos prioritario en las muchas necesidades que tiene el Esportiu pero lo de la megafonía ayer superó lo insuperable. De cara a la próxima temporada hay que repararla de arriba a abajo.

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