LA CONTRACRÓNICA
No es una Liga para taquicárdicos
Como hace una semana al Hércules le fue de maravilla, Ángel Viadero le pidió prestado al club alicantino su manual de juego infalible en el Camp d’Esports para ganar en Can Misses 3 a un Ibiza Islas Pitiusas que casi certificó su descenso a Tercera RFEF. Esto es: marcar lo antes posible, en este caso antes del primer cuarto de hora del partido, con un golazo de Alejandro Mejía y luego dedicarse a que no pasase absolutamente nada hasta el final del partido y llevarse los tres puntos de retorno a Lleida en lugar de un buen “Flaó” (las ensaimadas son mallorquinas, al loro) en el portaequipajes del avión. En cualquier caso y, pese a la victoria, importantísima porque una derrota hubiese llevado al equipo a un abismo insondable, aún no hay nada decidido.
Sí, se ve una perqueña luz al final del túnel pero quedan todavía cuatro jornadas de sufrimiento para los de Viadero, básicamente porque no juega solo y hay que mirar por el rabillo del ojo a otros equipos que están igual o algo peor que él. Por ejemplo, el próximo domingo, en plena Diada de Sant Jordi, el Lleida recibirá en el Camp d’Esports a un Mallorca B (12.00 horas), que ayer dio un paso atrás en sus aspiraciones al empatar (2-2) con el Terrassa cuando iba ganando 2-0 y que, en caso de perder, certificará de manera matemática su descenso, lo mismo que hizo ayer el Ebro. Al Lleida, después de vérselas con los mallorquines, le restarán –si gana los afrontará con mucha más tranquilidad– otro partido en casa ante el Prat, que también busca no bajar, y dos salidas, Badalona y Espanyol, que todavía tienen opciones de entrar en el play off de ascenso.Pero a lo que vamos, con el triunfo pragmático de ayer el Lleida se mantiene en idéntica posición que antes de jugar, con el play out a un punto, que sigue ocupándolo el Alzira, pese a ganar al Aragón y a tres del primer equipo en zona de descenso, que es, precisamente, el Prat.O sea que de festejos y relajaciones, los justos.
O mejor ninguno porque, de hecho, aún no se ha logrado absolutamente nada. Y lo que es más importante, hay que mejorar con lo que se tiene ahora mismo en la plantilla, sobre todo en acciones ofensivas y, una vez confirmada de manera matemática la permanencia, planificar, ahora sí, con el nuevo director deportivo, Raúl Fuster, el equipo de la próxima temporada para no sufrir lo mismo que en esta.
Aplausos: Lo único, que es muchísimo, el resultado. El Lleida tenía que ganar y lo hizo. Como lo hizo importa muy poco. Los de ayer son tres puntos de oro.
Abucheos: Las estadísticas en ataque de los azules siguen siendo preocupantes porque, en el fondo, los goles los marcan centrocampistas y defensas. Pero es que, además, en el centro del campo se genera muy poco con un Quadri y un Diamanka, cuyo rendimiento claramente ha ido de más a menos, y que aportan muy poco.