LA CONTRACRÓNICA
El Lleida firma una victoria de auténtico líder
Como decía el maestro, un tópico no es otra cosa que una verdad desgastada por la fuerza del uso. Ayer, en un caluroso Camp d’Esports, con una temperatura impropia para esta época del año, el Lleida se aplicó a dos máximas futbolísticas la mar de recurrentes: el fútbol es un estado de ánimo y el liderato imprime carácter. Cualquiera de las dos sirven para explicar lo vivido ayer sobre un césped mejor que hace semanas, pero todavía muy mejorable. El Lleida ganó apelando a la épica, esa intangible circunstancia que suelen tomar los grandes cuando sus argumentos futbolísticos no le dan. Los de Viadero entraron en el tiempo añadido de la segunda mitad perdiendo (1-2) y, ¡oh sorpresa! acabaron los siete minutos (más dos más) de añadido ganando 3-2. O sea líderes por tercera semana consecutiva. Sí, todo está un poco más apretado, pero líderes. Esa es la cuestión. Ya lo dijimos después del triunfo ante el Saguntino, en el anterior compromiso en casa: hay que tirar de estadística para encontrar a un Lleida líder a estas alturas del campeonato. Seis partidos, seis, y cinco victorias y una derrota. Además se han despejado los nubarrones tras las dos derrotas consecutivas con la eliminación de la Copa Federación –¡una pena, la ocasión desperdiciada para hacer caja en tesorería!– y el traspié en Manresa. Pero, además, la victoria se produjo del modo que más pone al aficionado. Mucho mejor remontar al final, sobre la bocina, cuando todo parece ya perdido y el personal comienza a pensar aquello tan nuestro de “a lo mejor, este año tampoco”, que ir ya 5-0 antes de la media hora de juego. Lo primero es adrenalina pura y lo segundo, un aburrimiento para el segundo tiempo. Así que el liderato sigue ahí, firme y con ganas de ser ratificado el domingo (18.30) en Vic ante el sorprendente Badalona Futur, con todo el morbo del mundo incluido.