LA CONTRACRÓNICA
Se rompió la maldición
De hecho el Lleida Esportiu en la matinal ibicena y ganando en Sant Miquel de Balansat, rompió dos maldiciones. Una, el volver a sumar los tres puntos en un desplazamiento, cosa que no se conseguía desde el 17 de septiembre en Alzira (desde aquel lejano día, dos empates y dos derrotas). La otra es que, por primera vez en esta temporada, lo ha hecho en un terreno de juego de césped artificial como es el caso del de la Penya Independent. La racha de cuatro partidos sin ganar en una salida, Manresa, Vic (ante el Futur), Formentera y Sant Andreu se forjó en otros tantos campos de idénticas circunstancias. Asi que maleficio roto, tres puntos más en el casillero, ya 32, que permiten a los de Ángel Viadero continuar líderes en solitario y con la opción, cada vez más probable, de despedir el 2023 en tan privilegiada posición. Quedarán dos últimos compromisos: este domingo, en horario no confirmado aún, ante el Cerdanyola, y el 17 en el feudo de un crecido Europa que ayer le endosó media docena a la Penya Deportiva del leridano Albert Gallego. Y no me negarán que si ello es posible, o incluso aceptando algún hipotético tropiezo, que las Navidades de este año serán muy diferentes, por lo de buenas, en relación a temporadas anteriores. Y además, otro detalle a tener en cuenta: el Lleida, que fue de más a menos y acabó pidiendo la hora, volvió a ponerse el mono del pragmatismo y supo sufrir para conseguir el resultado más apetecido, otra victoria.