LA CONTRACRÓNICA
Lluvia de peluches y goles en el Camp d’Esports
El Lleida Esportiu felicitó las Navidades a su afición de la mejor de las maneras posibles: con una nueva goleada, esta vez 3-0 al Cerdanyola, que permiten cerrar el 2023 en el Camp d’Esports habiendo ganado todos los partidos que ha disputado en él desde el inicio del campeonato: ocho de ocho con 21 goles a favor y tan solo 7 en contra, lo que equivale, sumando además una excelente trayectoria en los desplazamientos, a ser líderes en solitario. Y quizá, solo quizá, esta afición podrá comenzar a soñar en grande: tres puntos de ven taja sobre el segundo, el Hércules, siete sobre el tercero, el Europa, ocho sobre el cuarto, el Badalona Futur y, doce, sí doce, sobre el quinto, el Sant Andreu que cierra las plazas de play-off de ascenso. Visto lo visto no es de extrañar que los aficionados llenen cada vez más las gradas. Ayer, según se anunció por megafonía, 3.924 espectadores y eso que se veía de un larguísimo puente festivo. De hecho, por vez primera en muchos años, hubo retenciones de vehículos a la entrada (las de la salida ya forman parte de la historía de la entidad).Así que se esperaba una fiesta ante el equipo del Vallès Occidental, pese a que venía al feudo leridano con buenos números. Y hubo fiesta, porque es que este Lleida no solamente gana, que con esto ya habría más que suficiente, pero es que además, en muchas fases del juego, lo hace bonito para satisfacción generalizada de un público que se deja las manos en aplaudir y la garganta en animar, y no solamente los habituales del Gol Nord.Ayer, además de la lluvia de goles, hubo otra lluvia, igualmente emotiva y solidaria, la de los peluches a la hora del descanso para la Creu Roja Joventut. Imposible contarlos, pero desde los cuatro rincones del campo se lanzaron muchos, muchisimos –¿doscientos o quiza más?– para satisfacción generalizada del personal.