Dosis de talento

A lo largo de la historia, la LEB Oro ha pasado por diferentes fases en cuanto a nivel competitivo. En función de la salud económica por la que han ido atravesando los clubes, la Liga ha contado con plantillas de mayor o menor potencial. Tras una etapa complicada, la competición ha vuelto a recuperar el prestigio y jóvenes jugadores con enorme potencial y recorrido la pretenden utilizar como escaparate para dar el salto a la ACB y a Ligas europeas.Para que un jugador pueda lograr un alto nivel competitivo a nivel profesional, precisará además de unas buenas cualidades físicas y psicológicas, una gran dosis de talento para desarrollar con brillantez aspectos técnico-tácticos. Y es que el talento, todo y que posee una gran parte de componente innato, no se debe obviar que sin esfuerzo nadie tiene la facultad de llegar a ser competitivo. Si bien es cierto que con voluntad y trabajo existen jugadores que han conseguido retos importantes, es el dominio de las destrezas y aptitudes aplicadas al juego de forma inteligente lo que hace sobresalir por encima de la media. La llegada al ICG Força Lleida en la sexta jornada frente a Coruña de Cameron Krutwig supuso un punto de inflexión en el juego del equipo al tratarse de un jugador diferencial. Nos está mostrando unas interesantes estadísticas individuales en cuanto a anotación y rebote, pero es que además destaca en el apartado de las asistencias. El equipo se ha visto beneficiado por la capacidad, impropia de un jugador de su posición, de pasar el balón, que hace mejores a sus compañeros. Asimismo, en la importante victoria de ayer en Fuenlabrada, otro jugador interior, Vega, hizo una demostración de su talento, abriendo el campo con sus lanzamientos, anotando hasta 4 triples. A todo esto se le llama talento.