Un año más

Cuando se acercan estas fechas, las familias nos reunimos para celebrar las fiestas y en muchos casos nos hacemos una pregunta dicotómica: “¿qué ha sido lo mejor y lo peor del año que termina? Se trata pues de hacer balance e incluso a veces plantearse nuevos propósitos y metas para el siguiente año. En nuestro caso, hablando del baloncesto en Lleida, como en la vida real, supongo que en función de a quién le preguntemos, las opiniones podrían no coincidir. Sin embargo, en lugar de indagar en lo peor, me gustaría que nos preguntáramos si se haría algo diferente y qué sería.Me atrevo a afirmar que esta reflexión ya la han hecho tanto la presidencia como la dirección técnica, ya que no dudo que, para gestionar un club, se tiene que hacer este balance constantemente. Des del punto de vista del aficionado, ha sido un año valiente. Tuvimos que afrontar la pérdida del jugador referente y a pesar de esto, estuvimos en play off y con las gradas llenas. Al inicio de la temporada actual, equipo nuevo, lesiones, construcción y definición de roles, lo que no nos permitió competir al nivel al que estamos acostumbrados. Pero de nuevo, mención especial a la afición, que partido a partido ha seguido en la grada dando apoyo. En este momento, el futuro es prometedor, los resultados acompañan y la afición sigue.Entonces, creo que todos coincidiríamos en que indudablemente lo mejor es la afición. La segunda pregunta, ¿qué se haría diferente (en caso de que se considere)? En el mundo del deporte forma parte del juego y son los retos a los que repetidamente se enfrenta cualquier club. Ayer, frente al Clavijo, se puso el broche final a un año que, a pesar de las dificultades y los cambios, se ha conseguido mantener a esta gran afición.