Pragmatismo en el fútbol
Aestas alturas de la temporada lo del ‘jogo bonito’ está de más. Lo único que interesa es ganar. Da igual cómo. Ganar y sumar de tres en tres. El Lleida, ayer en el Sa Plana de Andratx se puso en brazos del pragmatismo más radical. No jugó bien. ¿Y qué? Tenía el partido encarrilado, con un 0-2, un 1-2 y un 2-3, y acabó pidiendo la hora. ¡Vale! Defendió los córners tan mal que hasta los de Primero de alevines lo habrían hecho mejor, bastante mejor. ¡De acuerdo! Que el conjunto balear jugó los últimos minutos, más los del añadido, en inferioridad. Ni cuenta nos dimos. Lo único importante, lo único valioso, es que los de Viadero rompieron la dinámica de dos derrotas consecutivas, y acabaron ganando. Tres puntos que les permite irse a dormir en la segunda posición de la tabla a tan solo dos puntos del líder Badalona Futur. Sí, es una clasificación engañosa porque todos los rivales directos de los azules juegan hoy, pero ahí está el hecho que permite soñar con arañar puntos o aumentarlos si alguno de ellos tropieza poco o mucho. Ahora, al Lleida le vienen dos partidos asequibles (Penya Independent y Cerdanyola) antes de encarar su particular ‘tourmalet’ deportivo en las dos últimas jornadas de Liga ante Europa, en el Camp d’Esports, y Hércules, en el Rico Pérez alicantino. La Segunda RFEF es lo que tiene, bueno y el resto. Al final, uno solamente se acuerda de las victorias.
