El empate ya les va bien
Lleida y Olot empataron a nada en el Municipal de la Garrotxa. Los dos equipos tenían un punto y a medida que iban transcurriendo los minutos ya les pareció bien que las cosas no pasaran a mayores. Y no pasaron. Un punto para cada uno, el que ya tenían antes de comenzar, y todos contentos. Ha pasado una jornada más, la sexta, y básicamente no ha cambiado nada salvo que el líder Sabadell está ya a cinco puntos y el Sant Andreu, segundo clasificado, a tres. Pero la plaza de play off queda a tan solo uno. Claro que si miramos por el aspecto negativo, el play out y el descenso queda, ahí, acechando, a dos puntos. El caso es que con nueve puntos de dieciocho posibles, los de Marc García siguen transmitiendo buenas sensaciones pero no del todo. Mejor en defensa –una sola derrota y tan solo tres goles encajados–, que en ataque, parcela en que le cuesta demasido encontrar agujeros en las defensas rivales. Pero repetimos, esto no ha hecho más que comenzar, pero el equipo sigue metido en el grueso del pelotón de este igualado grupo tercero de la Segunda RFEF, sin atreverse, por ahora, a forzar la escapada. El próximo domingo, el Camp d’Esports vivirá un partido muy especial para el técnico local. Viene el Alzira (17.00), el club de toda la vida de Marc Garcia. Pero no van a valer sentimentalismos. La presión para el staff es grande en el curso que debe aprobarse en mayo con nota alta en forma de ascenso. Con el aprobado pelado no va a bastar.