El Lleida sabe sufrir para sumar los tres puntos ante el colista
Bien está lo que bien acaba. Y decimos esto porque, a diez minutos para el final del partido en el Camp d’Esports, el marcador señalaba un angustioso empate a uno. Y no es que el Mallorca B, que justificó de pleno su condición de colista, jugase un gran partido, que no fue el caso. Más bien fue que el Lleida volvió a evidenciar sus problemas con el gol. Los de Marc Garcia fallaron lo que no está escrito y lo que parecía una cómoda victoria se encaminaba a un triste empate para un equipo que venía de dos derrotas consecutivas en casa (Sabadell y Alzira) tras el retorno del público. A puerta cerrada había cedido un empate (Atlético Baleares) y sumado un triunfo ante el Cornellà. Pero en el tramo final del partido y en el añadido los goles de Naranjo e Iglesias, uniéndose al madrugador tanto de Unai García, permitieron a los azules conseguir la primera victoria ante la afición, de manera presencial, ganar autoestima y dar un salto hacia adelante en la clasificación, abriendo brecha con los puestos peligrosos.Así que, volvamos al inicio, bien está lo que bien acaba porque mucho hablar del Europa (próximo rival en Liga el próximo domingo a las 12.00 horas) y se nos está olvidando que el miércoles (20.00) toca Copa del Rey ante el Barakaldo, una eliminatoria que convendría superarla para seguir aspirando a que el sorteo sea más benévolo que este y que, en vez de un Primera Federación, toque en el Camp d’Esports un grande (Real Madrid, Barça, Mallorca y Athletic Club no podrían ser porque aún no entran en el bombo) pero sí un Primera o un Segunda, para ayudar a las depauperadas arcas del club, que buena falta hace. Por cierto nos hizo ilusión reencontrarnos, ahora en el banquillo rival, con el argentino Gustavo Siviero (1969), que entrenó al equipo en la campaña 2016-27 tomando el relevo de Imanol Idiakez.