LIDERATGE
Está de moda liderarte a ti misma (I)
Muchas veces solo necesitamos saber que alguien nos facilita la vida para creer que la vida nos pesa menos, para pensar que los problemas nos pueden afectar menos. ¿Pero qué pasa cuando ese alguien no existe? ¿Qué pasa cuando miras a tu alrededor y te das cuenta de que solo cuentas contigo misma? Quizás cuando observas esta realidad sientes miedo, incertidumbre, temor a seguir avanzando en un camino desconocido, pero precisamente en este punto es donde debemos de detenernos y mirar nuestro interior y a dónde queremos ir; se llama un autoconocimiento a nuestro ser, de saber quiénes somos en realidad, de nuestros gustos, nuestros sueños, de mirar nuestros ideales y del potencial que tenemos para realizarlos. Es entonces cuando nos cuesta saber quiénes somos, tememos a enfrentar nuestros miedos, nuestra realidad actual, ya que nos enseñaron que a cierta edad debemos tener esto o aquello, como si fuera una lista de útiles que ya debemos de tener para estar disfrutando de esto, y nos sentimos tristes porque nuestra realidad no encaja con nuestras expectativas propias y ajenas.Nos da miedo cometer un error, sabiendo que es tan natural para nuestro crecimiento personal.
Sacamos excusas para no realizar ese plan que teníamos cuando éramos pequeños. ¿Te imaginas qué diría tu niña interior si te viera en este momento? Tenemos atropellada nuestra niña interior, y por esto considero que es vital hacer una pausa y sentarnos a hablar, responder muchas dudas que ella tiene para nosotros. No es fácil reconocer perder, a nadie le gusta perder ni llevar a cargo la impotencia de sentir que las cosas no salieron como esperábamos.
Nos damos tan duro a nosotras mismas que nos victimizamos, pero en realidad lo que debemos hacer es sentirnos orgullosas de nuestros fracasos, ya que desde allí podemos sacar lo bueno y descubrir por qué nos equivocamos y ver las opciones que tenemos para volvernos líderes para nosotras mismas, y es tan normal llorar, sentir tristeza, enojo, sentir que ya no vale la pena nada, que estamos cansadas, viejas, que ya es tarde para volver a empezar, pero esto debe ser un cierto tiempo pequeño, ya que no se trata de quedarnos sumergidas en el dolor, en el miedo, y tener que aguantar los tropiezos de la vida sin haber obtenido un poco de sabiduría para salir a flote, ya que miedo nos puede hundir pero también podemos salir victoriosas de la situación y está en tu decisión seguir o quedarte sumergida. Tú y solo tú decides estar bien o estar mal. Hazte la pregunta de si eres feliz con lo que haces en este momento.
Hay dos opciones. Si tu respuesta es afirmativa esto es maravilloso, pero, si contestas que no eres feliz, es hora de que decidas no decepcionar más esa niña interior que tienes dentro y que tal vez haya momentos en los que te mire con tristeza. Es hora de romper paradigmas, de dejar de compararte, de dejar las creencias limitadas como “estoy muy vieja para aquello” o “no soy lo suficiente buena para esto”.
Te ayudará mucho que agradezcas quién eres, reconocer tus habilidades, lo que has logrado por pequeño que sea, para dejar las excusas y las quejas y perderte en tus pensamientos de “por qué no hice aquello”, “si hubiera hecho tal cosa, hubiera evitado tal otra”. Eso es pasado, enfócate en tu presente, en lo lindo que te rodea y lo que compone tu vida, así te darás aliento y verás que no todo es malo, que cada día es una oportunidad para ser mejor. Continuará...