Liderazgo humanista o simplemente humanidad

En mi investigación sobre modelos de liderazgo que se puedan aprender y que sirvan para alcanzar resultados sostenibles encontré más de 60 estilos documentados, pero solo dos de ellos contemplaban entre sus competencias los valores. Existe una creencia muy extendida que sitúa al liderazgo al frente de personas, como definición, para conducirlas a objetivos comunes.Esta definición es cierta solo en parte. El liderazgo no consiste únicamente en conducir o guiar personas.

Antes, debe conducirse a sí mismo, establecer sus prioridades, sus valores, construir su ADN y ser consistente con el tipo de persona que haya decidido ser.Cuando una persona se lidera a sí misma, los demás la seguirán. Transmitirá convicción, confianza y carisma. Hay cuatro componentes básicos del ADN que construyen a un o una líder: 1.

Integridad, un valor que da coherencia entre lo que dice y lo que hace.2. Asertividad, una competencia que da la capacidad de tomar las riendas de su destino, sin esperar que las cosas ocurran o se solucionen por si solas, o lo hagan otros.3. Perseverancia, una competencia que les da fuerza y capacidad para no rendirse, de renunciar a beneficios a corto plazo para alcanzar resultados mejores a largo plazo.4.

Humanidad, una palabra que va implícita al ser humano (a excepción de las psicopatías), pero que como sociedad la estamos perdiendo. Los últimos acontecimientos internacionales son reveladores de un cambio de paradigma social. Somos capaces de visualizar indelebles cualquier maltrato u homicidio y retransmitirlo por redes sociales.

Se extienden modas como la sumisión química, se otorgan mayores derechos a personas que ocupan viviendas privadas ilegalmente que a sus propietarios, se normaliza el vandalismo urbano o incivismo, estamos inmunizados frente a guerras, invasiones o abusos de poder, etc. Tenemos un contexto social preocupante. No se puede normalizar todo.

Hay que aprender a respetar el bien común, ponernos límites. Tenemos varias generaciones tras nosotros que están creciendo entre toda esta normalidad.. ¿Cómo será su mundo cuando sean adultos? ¿En qué nos estamos convirtiendo? Según Spaemann, un filósofo del s.

XX conocido por su trabajo en bioética, ecología y derechos humanos, ser persona es realizar la esencia humana con total novedad.Como líderes estamos obligados a cambiar las cosas. Recordar quienes somos y transmitirlo. Es nuestra aportación a la sociedad.

Es nuestra responsabilidad aplicar y contagiar dentro y fuera de nuestras organizaciones, un liderazgo más humanista que nunca.La creencia de que los líderes son personas fuera de lo normal es errónea. Al contrario, los líderes son personas, absolutamente, normales. En todo caso, hacen su trabajo de una manera extraordinaria, son autoexigentes.

Cualquier persona por el hecho de serlo tiene la potencialidad de convertirse en líder.Para ello, necesita consciencia y humildad como características principales, pues los buenos líderes deciden serlo y saben que no lo saben todo, por tanto, son conscientes de que van a necesitar del conocimiento de los demás. Están dispuestos a “aprender a aprender” y se rodean de gente que conocen a fondo lo que ellos desconocen. El conocimiento resulta, hoy en día, decisivo en la actividad empresarial y social.

Además, el líder humanista es pedagogo, educa a los demás. Su liderazgo se ejerce desde el ejemplo constante y diario. El ejemplo, a corto y largo, genera credibilidad y confianza.

Necesitamos muchos de estos liderazgos capaces de contagiar su estilo a todo su alrededor, pues de no ser así, sin lugar a duda, el componente sociocultural actual tendrá, en breve, un impacto negativo en las empresas.