OPINIÓN POR|PARA LLEVARSE
Días con sentimientos
Aprender es un camino largo y sin fin. Desde que nacemos, nunca aprendemos lo suficiente y seguro que rectificaríamos ideas, comportamientos o decisiones de un pasado por no haber adquirido experiencia y saber. La vida no espera, paso ligero y rápido, ya que todos estamos de paso. No deja de ser una realidad que para todos nos es igual. Nuevamente, estamos en las puertas de un nuevo año, agotando a los últimos días del 2023. Seguro que algunos de los buenos propósitos de principio de año se habrán cumplido, pero también es cierto que muchos otros se habrán quedado por el camino.
El valor y el sentido de la vida humana no radican ni en las riquezas, ni en los honores, ni en los bienes materiales que se puedan acumular, sino en la vida interior y propia de cada uno. El criterio impersonal, lo que nos es común, lo que se expresa con el dicho de “tanto tenso, tanto vals,” es un grave error, a pesar de las convicciones sociales vigentes. Buscar el sentido de la vida vertiéndonos cabe afuera, dedicándonos a ser títeres por intereses de cualquier tipo, olvidando nuestra interioridad, nuestra intimidad, nuestra dignidad y la necesidad de conectar con afecto, estima, sinceridad y honestidad con las personas que vemos y tratamos, es un sin sentido.
Demasiado a menudo vemos personas que dicen amar a las cuales no ven, o llamar solidaridad con gente que no conocen y, en cambio, se olvidan de ser amables, de ser solidarios o de amar los que tienen cerca suyo. Son contradicciones, inconsistencias y comportamientos ridículos. Y el ámbito privilegiado e indispensable para aprender honestidad, coherencia, solidaridad o estima, en primer lugar, es con la familia; seguidamente, el trabajo y, finalmente, tu comunidad. Y solo la interacción de todos estos ámbitos puede producir el espacio adecuado para ser buenas personas y buenos ciudadanos.
El egoísmo, la envidia, el odio o los fanatismos de cualquier tipo y condición corrompen a las personas, intoxican a la sociedad y promueven la infelicidad. Todos juntos, con motivo de Navidad y del nuevo año, tenemos cosas que mejorar, para mejorarnos y contribuir a hacer un mundo mejor. Es por eso que deseo que tengáis muy buenas fiestas, y que aprendáis de vuestros fracasos y de vuestros éxitos, porque la vida es muy corta y vale la pena vivirla con intensidad y sentido, personal y de comunidad.