La religión contra el algoritmo

Que la inteligencia artificial sea un tema de debate recurrente en nuestros días es algo tan evidente como necesario, pero que una serie lo tome prestado para enfrentar a una monja contra un algoritmo todopoderoso ya suena a idea algo más delirante. Y, efectivamente, la nueva producción de Peacock lo es.

Creada por Damon Lindelof (Watchmen, Lost) y Tara Hernandez (The Big Bang Theory, El joven Sheldon), esta cinta dividida en ocho episodios narra la historia de la hermana Simone (Betty Gilpin), una religiosa que se embarca en la búsqueda del Santo Grial para derrocar a una inteligencia artificial que controla el planeta –y que da nombre al show– para evitar así un inminente colapso mundial. Si a ello le añadimos un compañero de viaje como es su ex y vaquero de rodeo, Wiley (Jake McDorman), ya tenemos la receta perfecta para, al menos, darle una oportunidad y dejarnos sorprender. Y esto es válido para todos los públicos, porque en Mrs.

Davis se entremezclan sin complejos los géneros de comedia dramática, la ciencia ficción, la acción y el suspenso. “No subestimes lo estúpido que se vuelve esto, cariño”, le advierte en el segundo capítulo nuestra protagonista a Wiley tras pedirle su ayuda. Personalmente, no puedo dejar de tomarme esa sentencia como una nada sutil declaración de intenciones por parte de Lindelof y Hernandez.

Y lo mejor de todo es que el ensamblaje de tan dispares elementos termina funcionando de forma incluso coherente dentro una aparente utopía –¿o quizás distopía?– controlada por una especie de Siri. Se nos presenta un mundo en el que se ha erradicado el hambre, la guerra, e incluso la soledad, pero por otro lado no todas las personas se muestran satisfechas con ello –en el caso de Simone, culpa a la IA de la muerte de su padre, interpretado por David Arquette–. A lo largo de la serie, el trepidante ritmo del guion se combina con el ingenio más agudo, dando lugar tanto a frenéticas escenas de persecución como a personajes de corte surrealista como es el caso del científico llamado Schrödinger (Ben Chaplin), quien ha pasado años varado en una isla desierta con un gato.

Y por si esto fuera poco, también aparecen algunos guiños al filme El club de la lucha (1999). Mrs. Davis es en definitiva una alocada metáfora de la fe frente a la ciencia, la magia contra la tecnología, y de cómo estos aparentemente polos opuestos cumplen con una serie de propósitos similares en nuestras vidas cotidianas: creer en algo.