Una serie de catastróficos idiotas

PUTOS MODERNOS

Desayunar sólo kombucha –bebida fermentada de sabor ácido obtenida a base de té endulzado–, encargar una hamburguesa a domicilio por internet y que traerá un precarizado rider, desvivirte encima de una bicicleta estática para presumir de cuerpo fit, gastarse un dineral en restaurantes experienciales o retransmitirlo absolutamente todo en directo a través de Instagram. Estas son algunas de las situaciones de postureo contemporáneo que la agencia creativa digital PutosModernos, creada por Jorge Sandua y Joan Alvares y ganadora del Premio Graffica 2021, ha tratado de escenificar en su minimalista serie de comedia homónima, y que por cierto surgió de la reina de las redes sociales del postureo, Instagram. Minimalista porque está compuesta de cuatro capítulos de menos de tres minutos de duración, a modo de sketches, y cuya mejor baza es hacer de lo más cotidiano algo sencillamente grotesco.

Que luego nos pueda resultar más o menos graciosa ya dependerá del humor –y del sentido de identificación– de cada cual, porque quien esté libre de verse reflejado con algunas de las situaciones que se describen que tire la primera piedra, pero precisamente por ello la originalidad del show queda relegada por la banalidad y, en cierto modo, carece de sentido. Y es que, lamentablemente, el chiste se pierde en lo superficial, sin llegar a profundizar en la autocrítica inherente a la modernez más allá de lo que ya vemos a diario en nuestras propias vidas, que no es otra cosa que la consecuente hipocresía que emana de la dictadura social de la imagen. En otras palabras, salvar al mundo de la crisis climática, pero que conste en redes y a ser posible con bonitas imágenes.

A esta peculiar aventura coproducida por The Creative se han sumado en el reparto, entre muchos otros, Inés Hernand, Raquel Córcoles (Moderna de Pueblo), Roger Coma, María Molins, Teresa Riott, contando además con un cameo de Santi Millán. Cada uno de ellos representa un estereotipo de moderno que todos conocemos, pero la escasísima duración de cada microcapítulo apenas permite hacer brillar la interpretación de ninguno de ellos. Recordando a cineastas como Tony Scott, Kathryn Bigelow o Russell Mulcahy, quizás nos encontramos ante una historia más adecuada para contar en redes sociales. Que la producción haya corrido a cargo de una agencia publicitaria y que la kombucha aparezca de forma constante durante la serie tampoco es ninguna casualidad.