Rajoy: el Presidente que necesita España

Nadie le puede negar capacidad de diálogo a quien ha ofrecido gobiernos de coalición con las fuerzas constitucionalistas PSOE y C’s, recabar apoyos en los grandes asuntos de Estado o simplemente que se permitiera como siempre que gobernara el partido que había ganado las elecciones. Y el tiempo le ha dado la razón, la que le habían dado los ciudadanos en el 2011 para afrontar la crisis y evitar el rescate de nuestra economía y, ahora, para superar la difícil situación que atraviesa España, porque Rajoy es sin duda el líder que tiene el aplomo, la serenidad y la solvencia que la situación requiere y por eso, ¡al fin! una parte del PSOE ha permitido, con su abstención, la investidura de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno respaldado por los votos a favor de 170 diputados, con el menor número de noes aunque también con el mayor retraso de la Democracia. Se ha perdido un año, pero con la investidura empieza una nueva legislatura que probablemente no será plácida ni exenta de dificultades, pero que no necesariamente tiene que ser breve, porque el PSOE necesita tiempo para su reconstrucción, la incertidumbre desalienta la inversión y alimenta las tentaciones rupturistas y una moción de censura requiere un improbable candidato unitario. Por otra parte, tanto los socialistas que se han abstenido como los diputados de C’s y CC que han apoyado tendrán que demostrar, como aseguran que lo han hecho, porque España necesita un gobierno y no por el temor a un descalabro electoral que en terceras elecciones les vaticinaban todos los sondeos.

Pero no basta con la investidura; ahora se necesita un gobierno en condiciones de gobernar, no de ser de gobernado. Hay cuestiones que no dependen del color de un gobierno u otro. Los compromisos con Europa tienen que ser atendidos; la soberanía nacional, la igualdad de derechos entre los españoles así como el respeto al Estado de Derecho, a la Ley y a la Constitución no son cuestionables como se encargó de recordar el recién investido Presidente del Gobierno. Tampoco se le puede pedir al Presidente que destruya todo lo conseguido o contribuya a lesionar la recuperación económica y el empleo, pero hay muchos otros asuntos en los que es deseable e indispensable la colaboración. La máxima prioridad es garantizar la sostenibilidad de las pensiones, un nuevo modelo de financiación autonómica, un pacto por la Educación y un diálogo permanente y entendimientos en el día a día. Y ahora toca Presupuestos, que es la herramienta de trabajo de un gobierno que tiene margen limitado porque hay que cumplir con la estabilidad presupuestaria. Decía el portavoz de los socialistas, Antonio Hernando, para justificar la abstención de su grupo que el tiempo les acaba dando la razón cuando rectifican, algo que ya les decía también Don Manuel Fraga. Y es cierto. Cuando abandonaron el marxismo o el OTAN no, cuando firmaron el pacto antiterrorista con el PP. Y ahora, al impedir esta especie de Golpe de Estado de Sánchez con Podemos y los separatistas, han evitado lo que le ha ocurrido a Convergència con ERC y sobre todo con la CUP: caer en las garras de los antisistema que son los Podemitas, Rufianes y Bilduetarras.

Al oír el otro día las injurias, los desafíos al Estado, las soflamas llenas de odio, los repugnantes discursos de Rufián y del de Bildu y las catástrofes relatadas; resultaba incomprensible entender de dónde surge tanto rencor y de qué país estaban hablando. Es como esa Cataluña sometida que se inventan los separatistas con mayorías de ruptura que no existen y con referéndums imposibles; porque ni a este presidente ni a los que le sucedan se les puede pedir que rompan la unidad del país que gobiernan.

Sería una buena noticia para el PSOE que se vaya el PSC, ya en brazos de la Colau, como lo es también que lo haga Pedro Sánchez, que no sabe ganar ni perder, pero al que hay que agradecer que sus compañeros abstencionistas hayan podido descubrir las preferencias populistas y secesionistas, de quien al fin y al cabo ya las había demostrado en tantos ayuntamientos y comunidades autónomas. También los leridanos le tenemos que agradecer a Pedro Sánchez que al provocar la repetición de las elecciones haya permitido que Lleida ganase una voz en el Congreso que no tenía en diciembre. La única que respaldó la investidura del presidente que España necesita.