TRIBUNA
Las listas negras de la Generalitat
diputado del pp
Las explosivas revelaciones del exjuez, exsenador y redactor en jefe de la Constitución del presunto Estado Independiente de Catalunya Santi Vidal han encendido todas las alarmas. El Govern de Junts pel Sí, su partido ERC e, incluso, el propio interesado se han apresurado a desmentirlas y las atribuyen a un calentón porque delatan que desde la Generalitat se está perpetrando un auténtico Golpe de Estado.
Pero el desmentido no es más que otra de las falsedades de los impulsores del procés, porque declaraciones como las que salieron a la luz el pasado jueves las viene realizando desde noviembre Santi Vidal para insuflar ánimos a la alicaída y fatigada tropa separatista. Por tanto, es imposible que no fuesen conocidas por el Govern.
Y por otra parte, concuerdan con la línea frentista que no disimula un ejecutivo instalado en la desobediencia que incumple leyes y sentencias. Salvo alguna nueva revelación, Vidal repite lo que anticipaba Astut Mas cuando presumía de sus habilidades y argucias para engañar al Estado. El mismo Puigdemont, President sólo de una parte de los catalanes por la gracia de la CUP, se jacta de aprobar leyes secretas sin más objetivo que utilizar instituciones del Estado para dar un golpe contra el Estado mismo. Por eso, a nuestros esforzados libertadores de Catalunya no les importa demasiado que Vidal revele partidas presupuestarias camufladas: el soberanismo sabe que no recibirá lo que exige y ya no oculta que busca el choque. Lo del diálogo es otro engaño más.
Lo más preocupante para la causa es la revelación de otros “secretos de estado” que el indiscreto exjuez ha puesto sobre la mesa. Y lo es porque viajar por el mundo pidiendo el apoyo internacional para liberar a los catalanes de la opresión del Gobierno Central cuando los teóricos libertadores han conseguido ilegalmente –o sea, robando– los datos fiscales de todos los catalanes y elaboran listas de jueces “para hacer cosas”… es propio de regímenes totalitarios. Después de unas listas llegarán otras: las de buenos y malos contribuyentes, las de buenos y malos jueces y, por último, las de buenos y malos catalanes.
Por eso, no es de extrañar el escaso interés y nulo respaldo suscitado por Puigdemont, Junqueras y Romeva en Bruselas. Fueron a explicar el Dret a Decidir y el Referéndum; o sea, el Derecho de Autodeterminación que el Derecho Internacional y la ONU sólo lo contemplan en casos de colonización o de violación flagrante de los derechos humanos. Fracasaron, porque esos dos supuestos no se dan en Catalunya y la UE es un proyecto de integración que nació para evitar otra guerra mundial como las dos vividas y que, hora es de decirlo, fueron consecuencia de delirios nacionalistas. Las declaraciones de Vidal no son las de un chiflado como se quiere hacer creer, porque la Generalitat, como ha descrito su Secretario de Hacienda Salvadó y corrobora Junqueras ultima una base de datos para la Agència Tributària Catalana y para hacerlo, como sagazmente confesó Vidal, los datos se han tenido que robar “porque los independentistas no somos tontos y sabemos que el Gobierno no nos los iba a facilitar”. Salvadó vaticina hasta un choque de agencias tributarias por cobrar nuestros impuestos. Y a nuestros soberanistas, esto de la Justicia Independiente les produce pavor. Por eso, el Astut Mas ofrece un día de fiesta a los funcionarios para coaccionar a la Audiencia Nacional y toda protección es poca para el Pare de la Pàtria, su familia y todos los que, durante tantos años, han tomado a Catalunya como su botín. Por eso, los jueces han de ser de casa.
Estamos fichados; los contribuyentes, los funcionarios y los jueces. Y todos los catalanes. En eso, Vidal dice la verdad. Otras revelaciones parecen fruto de una imaginación desbordante y destinadas, más bien, a que nada pueda perturbar la tranquilidad, la seguridad y el ánimo de la parroquia separatista. Que la Generalitat haya encontrado un estado no europeo dispuesto a financiar los 200.000 millones de euros que necesita para pagar su deuda cuando el FLA no exista, parece tan descabellado como asegurar que Catalunya seguirá sin ejército en la OTAN y en la Unión Europea. Ejercicios de animación y distracción para que pase desapercibido que 2016 se ha cerrado con 514.700 parados menos y que el Gobierno de Rajoy, desde que empezó la crisis, ha creado 1,4 millones de empleos. Mientras tanto; el PSOE sigue abierto en canal y el riesgo de que haya que repetir Elecciones Generales permanece, aunque en Catalunya se han evitado de momento porque Puigdemont le ha prometido a la CUP un referéndum que no se va a celebrar. Y seguiremos con procés, procés y más procés; eso sí, pacífico, democrático e integrador. Aunque no haya nada menos democrático que un Govern que infringe la Ley y está en manos de la CUP, nada menos pacífico que ese desesperado choque de trenes que se provoca para ocultar la falta de apoyo de más de la mitad de los catalanes ni nada menos integrador que esa lista de buenos y malos catalanes.