La importancia del voto

Ante las Elecciones Autonómicas más trascedentes de nuestra democracia, el Presidente Mariano Rajoy en su reciente visita a Lleida se dirigía a los 24.355 leridanos que en junio de 2016, con su apoyo, permitieron que el Partido Popular consiguiera el Diputado de Lleida para recordarles la enorme importancia que, como después se ha visto, ha tenido el escaño que tengo el honor de representar.

En efecto, el escaño del PP de Lleida que le ganamos al PSOE y que, por tanto, cuenta como dos es el que ha facilitado; junto con los otros 136 diputados del PP, los 32 de Cs, los 5 del PNV, y los dos de CC y Nueva Canarias, la posibilidad de sumar justo los 176 diputados que, al menos, se necesitaban para formar gobierno, aprobar los PGE y, ahora y ante el desafío más grave con el que se ha enfrentado la democracia, restablecer la legalidad y aplicar la Constitución en defensa del Estado de Derecho y la unidad de España.

A tenor de las encuestas, parece que se extiende la opinión de que el voto útil no sea en esta ocasión el del Partido Popular, pero la utilidad del voto depende también del uso que se le dé y nadie puede discutir al Presidente del Gobierno y al Partido Popular que es el que ofrece las mayores garantías constitucionales porque es el que ha supeditado al interés general de España y la democracia el tacticismo y el interés electoral de unos y otros.

Algunos hubieran preferido seguramente una mayor intensidad en la aplicación del Artículo 155, pero para afrontar el desafío de un Govern en sedición era necesario concitar el apoyo internacional y el de las fuerzas constitucionalistas, que han condicionado, precisamente, el alcance de la aplicación de un artículo que ha significado un desgaste al Gobierno pero que era indispensable para parar un golpe que ya tenía los Comités Revolucionarios en la calle y una República simbólica arruinada que iba camino de convertirse en un asteroide de la galaxia mundial y que ni siquiera hubiese podido pagar las pensiones.

Seguramente no somos todavía conscientes de lo que hubiera podido ocurrir con otro tipo de Gobierno en España. Esta ha sido la utilidad de un Ejecutivo, el del Partido Popular de Mariano Rajoy, que ha evitado que la hemorragia empresarial y el desplome financiero alcanzasen proporciones estratosféricas y que, con un importante respaldo electoral en estos comicios, vería reforzada la estabilidad y la recuperación económica que su gestión ha reportado.

Las encuestas también dicen que la mayoría constitucional puede ganar a los separatistas y que el fiel de la balanza quedaría en manos de la Colau e Iglesias, a quienes no se sabe en qué lado situar. Y tampoco es que clarifiquen la situación los devaneos del voluble Iceta; que un día ofrece quitas sin ton ni son que descuadran todas las cuentas, otro indultos que luego desmiente y al siguiente asegura que no quiere pactar ni con Albiol ni con Arrimadas. O sea, que para asegurar el tiro, como se diría en términos cinegéticos, el voto al PP es el más útil y seguro.

Todos los sondeos señalan que hay un gran número de indecisos o de personas que ocultan el voto, porque la participación electoral será masiva. Eso, sin duda, beneficiará al entorno constitucional, que votaba menos en las Autonómicas y, por tanto, cualquier cosa puede ocurrir. Me resisto a creer que todo quede igual a la vista de la gravísima fractura social y económica provocada por quienes ahora reconocen que la república independiente es imposible porque, como el propio Tardà reconoce, no tienen ni mayoría social, ni respaldo legal ni apoyo internacional.

Por eso en Lleida, cobra especial valor uno de los escaños, que no es otro que el que está en disputa entre el Partido Popular y la CUP y que podría ser decisivo como lo fue el escaño de 2016. Y como todo puede ocurrir, también podría ser que Dante Pérez acompañara a Marisa Xandri en un futuro Parlament que sirva para formar un Govern constitucionalista en el que la participación del Partido Popular será indispensable y que tendrá como prioridad terminar con los boicots, la división y la confrontación y empezar la reconciliación que tanta falta hace.