SEGRE

TRIBUNA

Hay que escoger: o Chamberlain o Churchill

Hay que escoger: o Chamberlain o Churchill

Hay que escoger: o Chamberlain o ChurchillSEGRE

Creado:

Actualizado:

“Otra vez la guerra de Ucrania.” Es increíble cómo funciona la mente humana, ¿verdad? Asumimos que la agresión rusa a Ucrania es una tragedia sin paliativos y que la destrucción de un país soberano genera millones de desplazados y de vidas destrozadas, y aún y así no somos capaces de digerir una mala noticia por mucho tiempo. Esta y cualquier otra. Estamos preparados para “relativizar” ese golpe con el paso de los días, por mucho que la gravedad no haga más que aumentar.

Pasó con el volcán de La Palma, del que ya nadie se acuerda, salvo quienes lo sufrieron (y lo sufren) de primera mano. Pasó con las negligencias en las residencias de ancianos en plena pandemia del Covid-19, que generaron miles de muertes que podrían haberse evitado si los trabajadores tuvieran equipos y protocolos adecuados. De aquello solamente quedan investigaciones judiciales iniciadas por familias que se quedaron sin sus mayores y sin respuesta institucional. Pasa con las víctimas del terrorismo, que en este país han sido ignoradas sistemáticamente.

Y que solamente se mencionan en algún debate en el Congreso de los Diputados como arma arrojadiza de unos y otros. Su olvido y relativismo institucional es una lacra acrecentada por discursos que dicen defender la memoria histórica. Sin embargo, con la invasión de Putin a Ucrania nuestras instituciones (Ayuntamiento de Lleida, Generalitat y Gobierno de España en mi caso) han ido un paso más allá.

La han relativizado desde el primer momento, calificando la invasión de “conflicto” y amparándose en el manido “no a la guerra”. Hasta el punto que ha tenido que ser la Unión Europea, con Josep Borrell a la cabeza, quien le diga a nuestro gobierno que esté a la altura del resto de democracias continentales. Nuestra Generalitat de Cataluña también tiene mucho que callar, no vaya a descubrirse que el separatismo ha sido financiado abiertamente desde Rusia con el fin de intentar desestabilizar y enfrentar a los países de la Unión Europea.

Y cuando escribo estas líneas, nuestro ayuntamiento todavía no nos ha convocado para anunciar alguna medida para con los desplazados que llegan. A la prensa sí, porque pese al bombo y platillo mediático, excepto dos casos, las camas que se ofrecen en Lleida son de particulares y familiares de ucranianos. Pese a todas las llamadas a la paz y a terminar el “conflicto”, quién está cargando con el peso de toda la ayuda humanitaria son los ciudadanos, con la “colaboración” de nuestro ayuntamiento.Nuestras instituciones han fallado, pero nuestros ciudadanos –como en el caso de La Palma, la pandemia y las víctimas del terrorismo– no.

Ellos han respondido organizando caravanas humanitarias (y siento un orgullo enorme al decir que mi compañero José María Córdoba participa en una de ellas), que llevan alimentos y medicinas a Polonia y Ucrania, para volver con refugiados. Y cediendo pisos y camas. Y haciendo donaciones.

Cada uno en la medida de sus posibilidades.Por eso defiendo que estamos ante una tragedia según quién mire. La tragedia vista por la administración, a quién le resulta un engorro, pero que está siendo arrastrada por otros países y por los ciudadanos, y la tragedia vista por los propios ciudadanos. Y aquí no voy a hacer demagogia y a decir que todos estamos actuando a una. No es así. Quienes se han movilizado hasta ahora han sido los ciudadanos. Las personas.

Y también los voceros de Putin, que ahora quedan más al descubierto que antes aunque su labor de erosión de nuestra democracia era la misma, antes y ahora. Y si en tragedias como estas la administración no es capaz de actuar, si nuestras instituciones no son capaces de actuar, quizás deberíamos revisar nuestro Estado social y democrático de Derecho. O, al menos, revisar nuestras prioridades.

Estamos ante un desafío crucial: o relativizamos y solamente ponemos vendas en la herida, acogemos refugiados y dejamos a Putin a su antojo, o plantamos cara al horror de forma contundente, con todo lo que ello conlleva.El primer día de la invasión me pregunté qué tendríamos en nuestras instituciones, si Chamberlains o Churchills. Es hora de dar respuesta y escoger. Yo tengo clara mi elección.

Hay que escoger: o Chamberlain o Churchill

Hay que escoger: o Chamberlain o ChurchillSEGRE

tracking