El gobierno sociovergente a la Paeria

La sociovergencia ha vuelto a aflorar, a la Paeria de Lleida, con el acuerdo de Presupuestos entre el PSC y Junts. Un acuerdo que bebe del pacto a las Ordenanzas Fiscales del pasado octubre, pero que se repitió de nuevo para acordar licitar un solar por un centro de culto –a pesar de la oposición de vecinos, empresarios y la misma comunidad–, que ha continuado con el pacto para prorrogar un contrato de autobuses obsoleto.

Un acuerdo que, aunque la mayoría nos lo podíamos esperar, no nos deja de parecer incoherente –ya no por las personas que ahora están al frente de Junts, sino con todo aquello defendido no solo en el mandato anterior sino en la historia de la formación en la ciudad de Lleida desde sus inicios. De nuevo, Junts ha vendido al PSC su legado a un precio demasiado barato.

Este viernes se celebró la Comisión Informativa de Buen Gobierno, antes del pleno del viernes 22 de diciembre, donde se llevó el expediente de los Presupuestos de la Paeria para el 2024. El grupo de Esquerra Republicana pedimos reiteradamente una negociación abierta, transparente y limpia; y eso comportaba dar el tiempo suficiente a trabajar un documento que realmente ponga en el centro a las personas y priorice los proyectos de ciudad que hay que sacar adelante. Pero, de nuevo, la sociovergencia lo impidió y permitirá sacar adelante un presupuesto que no está para nada a la altura de lo que Lleida y los leridanos y leridanas se merecen. Y os intentaré explicar por qué.

Desde un inicio, Izquierda marcamos las principales líneas rojas para poder sentarnos a negociar. Unas líneas rojas que nosotros consideramos capitales para hacer de Lleida una ciudad referente en derechos, oportunidades y buen gobierno. Por una parte, consideramos inaceptable que el PSC renuncie a la construcción del nuevo pabellón de Fira, un acuerdo que cuenta con el apoyo económico de la Generalitat –del departamento de Empresa– y de la Diputación, así como de la Cámara de Comercio, el otro patrón de la Feria. El recinto ferial de la ciudad se ha quedado pequeño y obsoleto, lo dicen los expositores, los empresarios y los mismos patrones de Fira. Los números lo avalan. Y tenemos dos opciones, o bien continuar con el recinto actual y provocar que, poco a poco, Lleida vaya perdiendo capitalidad ferial, o bien sacar adelante la construcción de un nuevo pabellón que haga del recinto ferial actual un recinto moderno y a la altura de las necesidades que ahora se contemplan. Estamos todos en una, menos el Gobierno de la Paeria y su alcalde, Fèlix Larrosa.

Aunque se nos dijo en todo momento que este tema era insalvable y que la única opción era recuperar un proyecto faraónico de más de 30 millones de euros, Junts propone, a última hora y para justificar su voto, un pabellón montable y desmontable, con el compromiso que el PSC pueda sacar adelante su proyecto, sin ningún tipo de consenso. Dejaremos la segunda capital del país con un proyecto para salir del paso y provisional y sin la visión del conjunto, ni los recursos para la inversión del Pabellón de Vidre y del nuevo pabellón 5, que hace tantos años que esperan.

Junts explicará que ha hecho aportaciones económicas, culturales y deportivas. La realidad es que la propuesta es destinar recursos para hacer estudios... aquello que tanto criticaba al PSC en el anterior mandato. Lo único que puede ser tangible del acuerdo, más allá del pabellón desmontable, es un vehículo por protección civil, unos elementos para un parque infantil y obras de mantenimiento a un equipamiento deportivo. No decimos que no sean cuatro acciones necesarias, pero venderse todo un legado sin poner como prioridad la vivienda, la limpieza y la mejora del espacio público, la movilidad, la cultura, la educación –más allá de un estudio–, la promoción de la ciudad, el comercio, las personas mayores, la infancia o los derechos de las personas es, sencillamente incomprensible. Más cuando, este año, después del buen trabajo hecho a nivel económico de saneamiento de la institución y de liderazgo en la presentación de muchos proyectos que reciben financiación europea o de otras administraciones, por fin se podría elaborar un presupuesto expansivo y de progreso.

Siempre lo hemos dicho, Izquierda fijamos nuestra posición en la defensa de los derechos de las personas. El PSC ya nos ha decepcionado muchas veces en este aspecto, y esta vez lo ha vuelto a hacer. Queremos un modelo de inclusión que dé respuesta real a la problemática que tiene Lleida, que acoja con todas las garantías a los temporeros que vienen a trabajar en verano a nuestra ciudad y que no elimine del mapa a aquellas personas que llegan sin trabajo y sin papeles. No desfalleceremos en esta lucha y vigilaremos de bien cerca hacia dónde evoluciona. De momento, 1,2 millones al modelo de inclusión (eliminando los 4 millones de euros que estaban destinados en el ECMU) sin detallar hacia dónde irán, qué calendario tienen ni qué acciones concretas se llevarán a cabo.

Y, por último, nos parece muy y muy preocupante el inmovilismo en el cual, desde el mes de junio del 2023, se encuentra el Plan de la Estación. Un inmovilismo que choca, como no podría ser de otra manera, en los pasos acelerados para ver actividad en Torre Salses, el macrocomplejo comercial que –lo hemos dicho muchas veces– supondrá un golpe muy y muy grave para el comercio de proximidad de nuestra ciudad. Parece que del debate producido en comisión no solo no se piensa acelerar el Plan de la Estación, sino que se pone en duda la aprobación inicial que lideró al teniente de alcalde de Urbanismo, Toni Postius, con la connivencia y beneplácito del actual grupo municipal de Juntss.

Es por todo eso que nosotros no podemos votar a favor de estos Presupuestos. Porque, por encima de todo, nos debemos a la ciudadanía de Lleida. Por encima de todo, nos vemos con la obligación de poder justificar cada pacto, cada apoyo al Gobierno. Nos preguntamos si todo el mundo puede decir lo mismo. ¿O es que, quizás, este triple pacto supone alguna cosa más y estamos ante un gobierno sociovergente a la Paeria? En estos momentos sería lo más razonable.