“¡He conseguido subir el Kilimanjaro!

“Ha sido muy dura la ascensión de noche, hacía mucho frío y la falta de oxígeno ya se notaba...pero ¡lo he conseguido!”. Así anunciaba en su twitter Vanessa Guijarro, una leridana con diabetes tipo 1 desde hace 30 años, que el pasado sábado había conseguido coronar el Kilimanjaro, la montaña más alta de África con 5.895 metros de altitud. Alcanzaba así el segundo reto que se propone (en 2014 ya llegó al campo base del Everest, ver desglose) con el objetivo de demostrar a su hijo Darío, de seis años y también diabético, que su enfermedad no es una barrera para conseguir lo que se proponga. “Ha sido durillo, pero he conseguido el objetivo y lo he vuelto a demostrar”, explicaba ayer Vanessa en declaraciones a este diario, pocas horas después de llegar a Lleida desde Tanzania. Su viaje comenzó el pasado 2 de septiembre. En la ascensión estuvo acompañada por un guía y un porteador, pero el control médico de la enfermedad estaba únicamente en sus manos. Escogió para su reto el Kilimanjaro (una de las llamadas Siete Cumbres, las cimas más altas de cada uno de los continentes, contando Norteamérica y Sudamérica) porque no requiere para alcanzar la cima conocimientos de alpinismo, y dentro de esta montaña, la ruta Lemosho, la menos comercial pero la que permite un mejor proceso de aclimatación. Durante el ascenso, Vanessa recorrió los diferentes campos, siempre acompañada de fotografías de sus tres hijos (Aaron, Darío y Saúl) y de un anillo azul, símbolo del Día Mundial de la Diabetes, además de un medidor continuo de glucosa y la bomba de insulina que lleva conectada.

El ataque a la cima (los seis kilómetros finales en los que se salva un desnivel de 1.200 metros) comenzó en la medianoche del sábado y las seis y media de la mañana logró su objetivo. “El aire era muy frío y lo notaba sobre todo en los pies y en las manos”, recordaba ayer Vanessa. Hasta entonces, había sido capaz de dominar la enfermedad. De hecho, esta solo le hizo la guitza durante el descenso. “Los pies me dolían mucho y estaba en una hiperglucemia continua. Ese día en el que acabas la subida y empiezas la bajada ha sido el más duro de todo el recorrido. Pero ha sido una experiencia buenísima”, asegura esta vecina de la partida de Marimunt de 37 años, que había entrenado duro para conseguir el reto sabiendo que debía controlar posibles hipoglucemias e hiperglucemias. “Ahora toca descansar. Además, tengo pendiente escribir un libro sobre esta experiencia”.

Hace dos años ya alcanzó el campo base del EverestEl del Kilimanjaro no es el primer reto que se marca Vanessa en su vida. Y es que en septiembre de 2014 ya alcanzó el campo base del Everest (5.350 metros de altitud). Entonces, junto a otros tres diabéticos, formó parte de una expedición organizada por Telefónica y capitaneada por el alpinista Josu Feijoo. Durante el recorrido estuvieron controlados a través de telemedicina y en contacto directo con profesionales médicos.