Estudio leridano para un cribaje del cáncer de mama a medida

Personalizar los programas de detección del cáncer de mama para minimizar o reducir los efectos adversos que pueden tener es el objetivo principal de InforMa, un estudio liderado por el IRB Lleida y la UdL. “En los últimos años se ha desarrollado más investigación sobre esta parte negativa y lo que queremos es que las mujeres invitadas a participar en el programa (las que tienen entre 50 y 69 años) estén informadas”, explica Montse Rué, investigadora del IRB Lleida y profesora de la UdL, que coordina el estudio a través del cual se han elaborado unos materiales informativos (ver desglose) y en el que también participan la Universitat Rovira i Virgili, el Hospital del Mar, el Institut Català d’Oncologia y el Servicio Canario de Salud. Y es que se ha detectado que los programas de cribaje pueden dar falsos positivos que hacen que mujeres sanas tengan que someterse a pruebas adicionales a la mamografía. “También puede haber sobrediagnóstico, detección de lesiones de bajo potencial maligno. Todavía es difícil saber si serán de las que progresan, por lo que se somete a estas mujeres a una biopsia y un tratamiento”, explica Rué, que también recuerda los beneficios del cribaje, como la reducción de la mortalidad o los tratamientos menos agresivos en los casos detectados de forma precoz.

Por ello, los responsables del estudio, que está financiado por el Instituto de Salud Carlos III, proponen personalizar los programas de detección del cáncer de mama ajustando la frecuencia de las mamografías al riesgo de cada mujer de tener un tumor de estas características. “De esta forma, las mujeres que tienen un riesgo mayor de sufrir un cáncer de mama, que viene determinado por diferentes factores, se someterían a una mamografía más a menudo de lo habitual (actualmente el programa contempla esta prueba cada dos años en las mujeres de entre 50 y 69 años). En cambio, la frecuencia se reduciría en aquellas sin riesgo”, apunta.

Elaboran trípticos informativos con mujeres y profesionales El estudio se inició el pasado año con el objetivo final de contribuir a personalizar la detección precoz del cáncer de mama. Pero para ello, sus responsables invitaron en una primera fase a mujeres y profesionales sanitarios a participar en la elaboración de unos trípticos informativos sobre la evidencia actual sobre los beneficios y los efectos adversos de los programas de cribaje. Ahora se inicia una segunda fase en la que se probará la eficacia de estos materiales, que se enviarán al departamento de Salud, con mujeres seleccionadas de forma aleatoria. “Hemos diseñado estos trípticos para que, si se llega a personalizar, que las mujeres que participan en el cribaje estén informadas”, explica Montse Rué, una de las coordinadoras del estudio. El estudio se inició el pasado año con el objetivo final de contribuir a personalizar la detección precoz del cáncer de mama. Pero para ello, sus responsables invitaron en una primera fase a mujeres y profesionales sanitarios a participar en la elaboración de unos trípticos informativos sobre la evidencia actual sobre los beneficios y los efectos adversos de los programas de cribaje. Ahora se inicia una segunda fase en la que se probará la eficacia de estos materiales, que se enviarán al departamento de Salud, con mujeres seleccionadas de forma aleatoria. “Hemos diseñado estos trípticos para que, si se llega a personalizar, que las mujeres que participan en el cribaje estén informadas”, explica Montse Rué, una de las coordinadoras del estudio.