RELIGIÓN FUNERALES
Prohibido esparcir las cenizas de los difuntos
El Vaticano publica un documento en el que veta a sus fieles este acto, así como la división de los restos entre familiares y la conservación en casa || El 36% de los leridanos fallecidos es incinerado
La Iglesia católica prohíbe a sus fieles esparcir las cenizas de los difuntos, dividirlas entre los familiares y también que sean conservadas en casa, según consta en un nuevo documento hecho público ayer por el Vaticano. La Doctrina de la Fe, congregación sucesora de la antigua Inquisición, ha redactado un escrito que sustituye al de 1963 y que fue aprobado el pasado 18 de marzo por el papa Francisco para poner orden ante las nuevas prácticas tanto de sepultura como de cremación consideradas “en desacuerdo con la fe de la Iglesia”. En el documento se explica que aunque la sepultura es preferible, se acepta la cremación (opción elegida en el 36% de los entierros en Lleida y la tendencia es al alza) “por razones de tipo higiénico, económicas o sociales” y “porque no toca el alma”, pero con límites. “Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no será permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos”, reza el documento. Además, advierte de que podría negarse el funeral si el difunto ha manifestado en sus últimas voluntades el deseo de esparcir las cenizas con expreso rechazo de las prácticas de la fe cristiana.
El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Mueller, explicó que “los muertos no son propiedad de los familiares” y que “son hijos de Dios, forman parte de Dios y por ello no se celebran ritos privados sino ceremonias públicas y esperan en un campo santo su resurrección”. El documento agrega que la conservación en el hogar está permitida “solo en casos de graves y excepcionales circunstancias”, y cuando una persona lo pida “por piedad o cercanía”. Para la Iglesia, “dejar las cenizas en un lugar sagrado evita la posibilidad de olvido”. El secretario de la Comisión Teológica Internacional, Serge-Thomas Bonino, fue más allá, pues dijo que “la cremación es algo brutal que no permite a las personas acostumbrarse a la falta de un ser querido”.