Freno a los accidentes en Lleida

La ciudad de Lleida ha puesto freno a la accidentabilidad. Y es que en los primeros meses del año han fallecido dos personas en accidente en la capital de Ponent (concretamente en sendos atropellos a principios de año), frente a las cinco que se registraron en el mismo periodo del pasado año. Además, los siniestros con heridos se han reducido en un 30%, las víctimas con lesiones graves han caído un 40% y los atropellos, un 15%. Así lo aseguraron ayer Sara Mestres, concejala de Seguridad Ciudadana, y Josep Ramon Ibarz, intendente de la Guardia Urbana, durante la celebración de una acción en el Auditori para concienciar a los jóvenes sobre los peligros en la carretera. Ambos atribuyeron el descenso a diferentes medidas como la implantación de radares, la colocación de bandas rugosas o una mayor cantidad de controles de alcoholemia. Esto último ha provocado que la cifra de conductores cazados en estado ebrio se también incremente y que entre enero y septiembre se detectaran 138 chóferes con una alcoholemia penal (0,60 mg/l o más). Mantener esta tendencia a la baja de la siniestralidad es el objetivo de Canvi de marxa, una actividad educativa de la fundación Mutual de Conductors que reunió ayer a 1.541 jóvenes de entre 14 y 18 años en el Auditori. El objetivo, concienciarles sobre las causas y las consecuencias de los accidentes. Allí escucharon una historia que empieza con una fiesta y acaba en tragedia. De ponerle voz se encargan bomberos, policías y médicos, pero también víctimas.