ENTIDADES POLÉMICA
Doce voluntarios dejan el banco de alimentos de La Seu d’Urgell
Un total de 12 voluntarios de Aliments per la Solidaritat del Alt Urgell abandonarán a partir de hoy el proyecto solidario encargado del banco de alimentos que distribuye productos de primera necesidad entre las personas de la comarca. Los voluntarios consideran que las condiciones del local en el que llevan repartiendo los alimentos “no son las adecuadas para un servicio tan importante como el que ofrece”. Dicen que el edificio, en el número 5 de la calle Canonges y de 100 metros cuadrados, “no reúne las condiciones necesarias ni de superficie, ni de servicios (sanitarios, sala de espera, zona de selección y manipulación), ni de transporte ni de almacenaje”.
Estos voluntarios, que hoy repartirán por última vez (aunque el servicio seguirá ofreciéndose), explicaban ayer que dieron “un ultimátum” al Consorci d’Atenció a les Persones de l’Alt Urgell (ayuntamiento y consell comarcal), que forma parte del proyecto Aliments per la Solidaritat junto con La Seu Solidària, Càritas d’Urgell y Creu Roja, “ante la necesidad, urgente, de un local adecuado, un instrumento de gestión y un presupuesto anual”. Los voluntarios creen que las condiciones actuales “afectan negativamente a los usuarios y a los voluntarios”. Las dimensiones del local obligan a las personas que acuden en busca de alimentos, unas 140 al mes, a hacer la cola y esperar en la calle. Explican que hace un año les prometieron un almacén de mayores dimensiones con un local más pequeño desde donde poder distribuir en condiciones “pero estamos igual”, concluyen. La concejala de Atención a las Personas, Anna Vives, aseguró que el ayuntamiento ya dispone del proyecto redactado y tiene a punto la licitación de las obras de adecuación del nuevo almacén y local, situado en la nave donde antiguamente estaba la empresa Mavisa e “incluso disponemos de la partida necesaria de 60.000 € para realizar las obras”. En este sentido aseguró que “los voluntarios ya conocen incluso el local” y atribuyó la polémica a “una pura manipulación política de un proyecto solidario altamente sensible”, sin querer profundizar en el tema.