Un cementerio experimental

En el estado final de la descomposición de un cuerpo tras ser inhumado intervienen muchas variables, según confirmó ayer la arqueóloga Núria Armentano, que lidera el proyecto Taphos-m en Sant Martí de Maldà. Se trata de una investigación científica de arqueología y antropología experimental pionera en España con el objetivo de reconstruir la historia y evolución de los restos según cómo hayan sido inhumados. El proyecto empezó el 2012 con la construcción de una necrópolis experimental en la que enterraron 26 cuerpos de cerdos, por sus características parecidas a las personas, recreando las tipologías funerarias básicas que se han utilizado a lo largo de la historia de la humanidad, como un dolmen, una enterramiento romano, un sarcófago, con tierra, con cal para recrear las épocas de la peste, con losas o con cuerpos cubiertos con telas y tapiados. Estos ritos van desde la época prehistórica hasta la moderna pasando por la romana, la visigótica o la medieval.

Al respecto, Armentano explicó que tras cinco años y después de haber destapado nueve tumbas (dos de ellas se descubrieron ayer) se puede concluir que “el estado del cuerpo no depende solo del tipo de tumba sino que también interfieren variables como la meteorología, la alimentación o si se había medicado, la presencia o ausencia de sedimento, si tiene heridas abiertas en el momento del entierro, el contacto con la tierra, etcétera”. La directora del proyecto indicó, asimismo, que “el estudio pretende precisamente poder controlar estas variables a partir de los datos antemortem” para ofrecer nuevos elementos de análisis a la antropología forense.

A manos de la UAB, el Grup de Recerques de les Terres de Ponent, la empresa Antropòlegs.Lab y el IEI

La investigación la llevan a cabo de forma conjunta el Grup de Recerques de les Terres de Ponent (GRTP), la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), la empresa Antropòlegs.Lab y el Institut d’Estudis Ilerdencs (IEI). Miquel Torres, del GRTP, explicó que también se estudian otras variables que pueden influir como la vegetación y la fauna necrófora.

Los resultados de este proyecto pionero en el Estado pueden ofrecer un amplio abanico de aplicaciones en relación con el mundo de la arqueología y la antropología forense, lo que ya ha desperato en interés de otros ámbitos. De hecho, Torres reveló ayer que la unidad canina de los Mossos d’Esquadra de Sabadell ya ha mostrado su interés y que ha llevado a cabo prácticas en la necrópolis experimental con el fin de mejorar las técnicas de hallazgo de cadáveres por parte de los perros.

Por otra parte, el investigador indicó que la necrópolis experimental se acabará de excavar el año que viene, que en 2018 se llevaran a cabo los estudios correspondientes y que en 2019 está previsto presentar la memoria de resultados de la investigación. La jornada de ayer estaba abierta a voluntarios y público en general con el fin de darles a conocer el proyecto.