investigación
¿El 'coaching', nueva herramienta para mejorar los hábitos de salud?
Expertos de la UOC defienden que para cambiar rutinas poco adecuadas no sólo hace falta informar a los pacientes sino también motivarlos
El conocimiento está bien extendido: se tiene que comer bastante fruta y verdura y pocas grasas. Pero aplicar esta máxima a veces no resulta tan fácil, porque se hacen las comidas fuera de casa o hay poco tiempo para cocinar. También es bien sabido que hay que hacer ejercicio regularmente. Pero una cosa es la teoría y la otra, la práctica. A menudo se va en coche en vez de caminar o no se encuentra el hueco en la agenda para ir al gimnasio. Cuando se trata de la salud y el estilo de vida, muchas veces el conocimiento está, pero cuesta pasar a la acción. Por eso, se va extendiendo un nuevo enfoque en el ámbito de la salud que propugna que el facultativo no sólo tiene que aconsejar el paciente, sino también motivarlo. Eso es lo que defiende el acompañamiento (coaching) en salud, que comporta un cambio de paradigma. En este nuevo escenario, el paciente deja de ser pasivo y se habilita para conseguir sus objetivos.
«El profesional de la salud adopta una actitud de colaboración, menos jerárquica que en el método tradicional», afirma Yolanda Fleta, coordinadora del posgrado de Health Coaching de la UOC, formación que se ha empezado este año y que ya cursan veinticinco personas con perfiles diferentes relacionados con la salud, como médicos, enfermeras y nutricionistas. Alícia Aguilar, directora académica del posgrado e investigadora del grupo e-HealthLab del eLearn Center de la UOC, explica que los Estados Unidos han sido los pioneros a aplicar esta nueva filosofía que ya se va extendiendo por Catalunya y por el Estado español y que implica que los facultativos no sólo informan los pacientes y los aconsejan, sino que hacen a uno «acompañamiento para que consigan sus objetivos».
Más motivación, más eficacia
El acompañamiento en salud se puede utilizar en múltiples casos: el tratamiento de la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, el asma, la hipertensión y el control de peso. «Los resultados que se obtienen —explica Fleta- son más adherencia a los tratamientos y más satisfacción del paciente en la relación con el profesional». Los pacientes más motivados, pues, estarán más sanos y cambiarán antes los hábitos. Aguilar afirma que el tratamiento de las enfermedades crónicas requiere a menudo un cambio de hábitos. Y añade: «Eso necesita una habilitación del paciente. Con mera información no es factible.»
La motivación es lo que nos ayuda a conectar con el propósito en lugar de dejarnos llevar por lo que nos apetece más
Los expertos coinciden en señalar que modificar hábitos y rutinas arraigados es complicado. Apuntan que, para tener éxito, hay que escuchar al paciente, conocer las resistencias, comprenderlo y espolearlo. «La motivación es lo que nos ayuda a conectar con el propósito en lugar de dejarnos llevar por lo que nos viene más a gusto», afirma a la coordinadora del posgrado de Health Coaching. Aguilar, por su parte, asegura que para cambiar el estilo de vida —comer de una manera más sana, dejar de fumar o caminar más— a menudo hay que vencer las barreras propias, pero también las que levanta la sociedad. «A veces, el entorno sociocultural fomenta hábitos no saludables. El paciente lucha contra lo que le apetece y lo que tiene a su alrededor», matiza Aguilar.
Empatía con los pacientes
El acompañamiento en salud defiende un cambio en la aproximación de la atención sanitaria y que el profesional —sea médico, enfermera, nutricionista u otro perfil— no sea sólo un emisor. Esta filosofía, por lo tanto, aboga por un profesional que no se limite a dar recetas, pautas o consejos, sino que converse con el paciente, conozca las circunstancias y los problemas que tiene para aplicar lo que le recomienda y lo ayude. «Una de las maneras de resolver eficazmente la resistencia del paciente es mostrar empatía», asegura Fleta, que añade que, cuando el profesional de la salud muestra comprensión al paciente, automáticamente su obstinación en defender sus argumentos de resistencia al cambio cesa.
El asesor en salud será una figura indispensable en el futuro de los sistemas sanitarios
Hacer este cambio en la manera como se tratan los pacientes y se aborda el tratamiento de la hipertensión o la diabetes exige tener algunas competencias. Fleta señala que el asesor (coach) en salud tiene que tener «unas habilidades de comunicación y de relación interpersonales excepcionales». El acompañamiento, que se puso de moda en el campo del deporte y que más tarde se introdujo en el terreno empresarial, llega ahora a la salud. «El asesor en salud (health coach) será una figura indispensable en el futuro de los sistemas sanitarios —pronostica Fleta. Se necesitan modelos de intervención que fomenten la participación y la responsabilidad del paciente en relación con la salud».