Santa Teresa vuelve a su casa

Aitona inauguró ayer la casa museo de Santa Teresa Jornet, el día que se cumplían los 174 años del nacimiento de una de las hijas más ilustres de la localidad, fundadora de la congregación religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. La casa donde nació la santa, un 9 de enero de 1843, ha sido reconvertida ahora en un museo que recrea la vida de la época con todo lujo de detalles, piezas antiguas y audiovisuales que explican la historia de Santa Teresa.

Los actos para celebrar la efeméride contaron con la participación de más de 250 personas, se prolongaron durante toda la mañana y estuvieron presididos por el arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, acompañado por el obispo de Lleida, Salvador Giménez Valls, el obispo de Tortosa, Enric Benavent, y el de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés. Por su parte, decenas de Hermanitas de los Ancianos Desamparados llegadas de varios puntos de España acudieron a Aitona para rendir un cálido homenaje a su fundadora. Tras la misa, celebrada en la capilla de la residencia, las monjas sacaron la imagen de la santa en procesión y desafiaron el frío por las calles de Aitona hasta llegar a la que fue la casa natal de Santa Teresa, ubicada en la calle que ahora lleva su mismo nombre. Rosa Pujol, alcaldesa de Aitona, habló de generosidad, amor, fuerza y valentía como rasgos que distinguían a Santa Teresa y de su enorme tarea en favor de los más necesitados. “Esta casa es una pieza más para que su memoria perviva”, afirmó. Por su parte, el obispo de Lleida, Salvador Giménez Valls, agradeció a las Hermanitas su dedicación a los pobres y destacó el mérito de haber superado muchas dificultades a lo largo de los años.

El pasado agosto, Aitona recuperó la procesión en honor a Santa Teresa Jornet coincidiendo con el 125 aniversario de la fundación de la casa asilo.

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El arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, reiteró ayer en Aitona que el conflicto de las obras de Sigena es político y que debe solucionarse por la vía de la negociación. Natural de Cretes (Teruel), Omella afirmó que “es normal que las piezas vuelvan a su lugar de origen si hay un acuerdo previo” y pidió que los técnicos que deben valorar si el traslado de las pinturas murales desde el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) al monasterio de Sigena es posible sin que sufra daños sean imparciales. “Los profesionales deben ser neutrales, no deberían ser ni de Catalunya ni de Aragón”. En septiembre, Omella –que fue obispo de Barbastro entre 1999 y 2004– afirmó en una entrevista en TV3 que le gustaría que el arte en litigio con Aragón volviera a su lugar de origen, “aunque a veces no pueda ser”, apelando también al “diálogo para superar estas situaciones de tensión”. Cuando tomó posesión como arzobispo de Barcelona, en diciembre de 2015, Omella aseguró que “si fuera obispo de Lleida ya habría devuelto las obras porque las sentencias están para cumplirlas”, en referencia al litigio con Barbastro.