La UdL formará a maestros para enseñar a niños superdotados

La Universitat de Lleida (UdL) ha firmado un convenio con la Fundació d’Ajut a Nens i Joves amb Altes Capacitats (FANJAC) para contribuir a darles visibilidad, romper estereotipos y tratarles correctamente. En el marco de este convenio, la UdL organizará un curso en la universidad de verano sobre altas capacidades, creará un grupo de trabajo para dar pautas al profesorado actual y formará, en la facultad de Ciencias de la Educación, a los nuevos maestros para que sepan cómo detectar y tratar a estos niños y jóvenes. La colaboración empezó con la organización de una conferencia sobre las altas capacidades intelectuales y su intervención educativa, que tuvo lugar en el salón Victor Siurana a cargo del psicólogo Leopold Carreras Truñó, experto y referente estatal en la formación sobre las altas capacidades. El acto contó con unos 200 inscritos.

Carreras explicó que, según un estudio de la Universitat de Barcelona, el 12,5% de los niños y jóvenes catalanes tienen altas capacidades, es decir, o son superdotados o tienen talentos (matemático, verbal, etc). Los estudios que se hacen a nivel mundial concluyen que los niños con altas capacidades llegan al 15%-20%, lo cual hace pensar que en Catalunya todavía no se han detectado todos los que hay. Esto es muy negativo, alertó el psicólogo, porque significa que “hay muchos niños que se quedan sin la educación que necesitan”. Los padres, añadió, son los primeros que se tienen que dar cuenta de aspectos de precocidad, a la hora de andar, leer y escribir o si hacen preguntas de un nivel superior a su edad. Tanto los padres como los profesores, si se dan cuenta de que su hijo o hija está por encima de la media en algún aspecto, tienen que pedir una evaluación del niño para ver qué tipo de educación es la más idónea para él, explicó Carreras. “No a todos les va bien una aceleración”, es decir, pasar de curso, aunque acostumbra a ser la mejor opción porque no sólo mejoran intelectualmente, sino también social y emocionalmente, dijo. Según el psicólogo, los problemas con estos niños aparecen precisamente cuando no reciben la educación que necesitan. “Necesitan retos intelectuales constantes, y si no se les dan, pueden tener problemas de ansiedad o de depresión”, alertó.