Caen un 70 por ciento las adopciones en Lleida por esperas de hasta diez años

Largas esperas de hasta ocho y diez años para poder adoptar, la crisis o las condiciones cada vez más duras impuestas por países como China o Rusia, que se habían convertido en los más habituales para traerse un hijo, han hecho que las adopciones hayan caído en picado en la última década en Lleida, con un 70% menos de procesos registrados.

La adopción de niños, tanto nacional como internacional, ha caído en picado en las comarcas leridanas en la última década. Así lo ponen de manifiesto las cifras del departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, según las cuales en 2015 fueron adoptados en Lleida 19 niños, seis de ellos de Catalunya y los 13 restantes llegados de diferentes países. Los datos contrastan con los de 2006, cuando el Institut Català de l’Acolliment i de l’Adopció contabilizó en Ponent 57 adopciones, medio centenar de ellas internacionales, lo que supone un 70% más que las registradas en 2015. Y no solo han descendido el número de procesos finalizados, sino que también son cada vez menos las solicitudes que se presentan. Así, en 2015 fueron 43 las familias leridanas que dieron el primer paso para tener un hijo adoptivo (la mitad para llevar a cabo el proceso en Catalunya y la otra mitad, en el extranjero) frente a las 147 que lo hicieron en 2006.

Varios son los factores que explican esta tendencia a la baja. Las largas esperas, tanto en procesos nacionales como en internacionales, que vivieron un boom en los años previos a la crisis, son uno de los principales motivos. Como ejemplo, China, uno de los países del que más niños han llegado a Catalunya y donde hoy una adopción puede durar hasta 10 años, cuando había llegado a ser de solo seis meses. En cuanto a adopciones nacionales, la Generalitat tuvo que suspender en 2011 los procesos para dar salida a la gran cantidad de solicitudes que acumulaba, muy superior a la de niños tutelados en disposición de ser adoptados por la mejora de atención a la infancia. Desde entonces, pueden presentarse peticiones pero aún no se tramitan, lo que hace que las esperas puedan ser de hasta ocho años. Otro de los factores que han influido es el endurecimiento de las condiciones para adoptar impuestas por países ‘tradicionales’ en estos procesos como China o Rusia. Además, la crisis, como ha ocurrido con los nacimientos, también ha echado para atrás a muchas parejas para convertirse en padres adoptivos, teniendo en cuenta, también, que los procesos internacionales suelen ser muy caros.

Catalunya abre el debate sobre la gestación subrogada “Nosotros estuvimos esperando dos años y medio para adoptar en Etiopía y se nos hizo largo, así que entiendo que hoy la gente se eche para atrás”. Hablan Montse y Ricard, padres biológicos de Pol y Mar (20 y 18 años) y adoptivos de Abiyú (13), los tres en la imagen. Y saben bien de qué hablan, porque unos familiares suyos han desistido después de varios años esperando. “Es un experiencia muy buena y repetiríamos, pero es un proceso duro como para que dure tantos años como pasa hoy”, apuntan. De hecho, la espera ya les hizo decantarse en su día por el proceso internacional, mucho menos largo entonces que el nacional.