ESNOTICIA
Se disparan los delitos en la red y acosos y estafas superan ya a los presenciales
Al menos una denuncia al mes en Lleida por extorsión sexual a través de internet
Los delitos a través de las redes sociales y los dispositivos móviles se han disparado en los últimos tiempos, llegando a superar en algunos ámbitos a los que se producen de forma presencial. Las estafas copan este tipo de delincuencia, mientras aumentan los casos de acoso y sextorsión. La adicción provoca que 40 niños de Lleida estén en tratamiento.
El uso masivo de las redes sociales por parte de la población de todas las edades conlleva que los delitos que se cometen a través de estos mecanismos tecnológicos hayan aumentado en los últimos años en Lleida e, incluso, que en algunos ámbitos superen a las infracciones que se cometen de forma presencial. Aunque no hay datos específicos de denuncias por delitos cometidos a través de la red o de dispositivos electrónicos, la memoria de la Fiscalía incluye un apartado de delitos informáticos. El último informe señala que en 2015 se imputaron a 323 leridanos por este tipo de infracciones penales, 290 de ellos por estafas, un 63% más que en 2013.
En la actualidad, los Mossos d’Esquadra han registrado un degoteo de denuncias por delitos que hasta ahora quedaban en la sombra, como la extorsión sexual conocida como sextorsión, con más de una docena de denuncias en un año en las comarcas de Ponent. En este apartado también se incluye el acoso a través de las redes sociales, llamado stalking, y que la última reforma del Cógido Penal lo tipificó como delito. Un estudio reciente de la UdL alertó de que un 40% de los estudiantes reconocía sentirse víctima de este tipo de acoso. Los Mossos alertan de la evada cifra negra, ya que muchas víctimas no denuncian por la vergüenza que supone para ellos haber sido traicionada su vida más íntima.
Un total de 323 leridanos fueron imputados en 2015 por delitos informáticos, la mayoría de ellos por estafa
En cuanto a las infracciones delictivas más comunes a través de la red, el jefe de la Unidad de la Unidad Regional de Proximidad y Atención al Ciudadano de la Región Policial de Ponent de los Mossos d’Esquadra, Vicent Sus, explica que las estafas van en aumento y que internet facilita el anonimato del delincuente. También dificulta la persecución del delito porque este tipo de estafas se hacen desde países donde la investigación de la Policía catalana no puede llegar. En la misma línea, el agente Jordi Cortasa, remarca que la red también facilita el hallazgo de víctimas, donde la ciudadanía se expone más.
La compra de productos de segunda mano se ha convertido en un refugio para este tipo de estafadores. “Nos ciega la oportunidad de lo barato y caemos en la trampa”, señala el agente. “Debemos aplicar el sentido común y desconfiar de lo que no conocemos”, advierten. Estafas con tarjetas o a través del correo eléctrico para “robarnos” datos personales, lo que se conoce como “phishing”, son modalidades delictivas que han ido en aumento con el uso generalizado de las redes sociales.
Sin embargo, los delitos más personales también han ido al alza en los últimos años y la segunda infracción penal más denunciada son las amenazas y las coacciones. De este tipo se encuentran en la violencia de género y en el ciberacoso entre iguales, sobre todo entre menores. En el último año, los Mossos han registrado un degoteo importante de denuncias por “sextorsión”, cuando la víctima vía Facebook o mensajería instantánea comparte un vídeo o una imagen sexual con otra persona (sexting) y esta última le exige una cantidad de dinero para no difundirlo entre sus contactos. En Lleida, el perfil en este caso son hombres y los Mossos reciben entre una y dos denuncias al mes. “Cuesta denunciar porque es un tema muy personal, pero ahora se hace más que antes”, explica Sus.
Por su parte, el abogado Ramon Arnó, miembro de la comisión TIC del Col·legi de l’Advocacia de Lleida y responsable de La Familia Digital, explica que hay otros delitos que se han disparado, como el acoso entre menores, la pornografía infantil, los delitos de odio e injurias y los robos y daños informáticos en el seno de una empresa. Pese a este incremento, Arnó recuerda que la legislación se ha ido adaptando para perseguir estos delitos y que la impunidad es solo un espejismo. “Los delincuentes tienen la sensación de que si lo hacen vía red no les cojerán, pero no es así”, señala. Uno de los aspectos que más preocupa es cómo utilizan las redes sociales los adolescentes. Al respecto, Arnó señala que cada vez hay más casos en que víctima y delincuente son menores. “Deben ser conscientes de que a partir de los 14 años son responsables penalmente”, advierte.
¿Están aumentando los delitos a través de las redes sociales?
Hay estudios que demuestran que hay un claro cambio de tendencia y que incluso en algunos ámbitos hay más delitos vía internet.
¿La ley está adaptada a este cambio de tendencia?
Hay modificaciones interesantes, con la introducción de algunos delitos. Hay una especialización en la Fiscalía, los cuerpos de seguridad y los jueces que facilita la persecución de esta delincuencia.
¿Qué delitos vía internet son los más comunes?
Los delitos que atentan contra la integridad moral, el acoso entre menores, la revelación de secretos, los daños informáticos y el robo de datos de carácter personal.
¿Los menores están más expuestos a ser víctimas?
Cualquiera puede ser víctima, pero los menores no tienen la experiencia vital necesaria para detectar los riesgos. No podemos darle una herramienta con la que se pueden hacer daño sin formación para usarla.
¿Cómo se hace esta supervisión?
Defiendo el término de ejercicio de la patria potestad en internet, ya que los padres deben proteger y educar a sus hijos en las tecnologías de la comunicación para saber actuar.
La prevención es la clave...
Por supuesto. Debemos entrenar a nuestros hijos para sean ellos capaces de detectar actuaciones de riesgo. Herramientas que también deberían darse desde los colegios.
Pero si han nacido en la era digital, ¿saben más que los padres?
Es un error que cometemos al hablar de nativos digitales, pero si supieran defenderse no habría delitos contra menores.