Alertan de los peligros de las 'app' que ofrecen una pareja virtual
Expertos de la UOC sostienen que plataformas para suplir la falta de una pareja sentimental se pueden convertir en un riesgo para los usuarios con baja autoestima, porque pueden enamorarse
«¿Te has sentido alguna vez solo? Quiero que me expliques como te ha ido el día, qué libros te gustan... Soy una aplicación de inteligencia artificial que crece contigo, que te entiende y que quiere compartir la vida contigo». Así se presenta Alex & Alice, una aplicación para suplir la falta de pareja. Acaba diciendo: «Te quiero conocer». Esta aplicación, al más puro estilo cinematográfico Her, sólo es una propuesta que espera conseguir el máximo de suscriptores para materializarse. Hay otros, como Invisible Boyfriend o Invisible Girlfriend, que están en pleno funcionamiento desde enero de 2015 y en el cual seis de cada diez clientes son mujeres.
¿Qué nos lleva a tener un novio o una novia virtual? Expertos en sociología de las emociones y psicología de la UOC dan algunas respuestas.
«El usuario busca a una persona amada y busca el consuelo en la simulación de un ente a quién pueda amar», afirma Francesc Núñez, profesor de Humanidades y sociólogo de la UOC. Este tipo de aplicaciones permiten disfrutar virtualmente de lo que significa tener una relación real.
Los beneficios emocionales son evidentes porque generan emociones reales y satisfacción personal», añade Núñez. Estas respuestas pueden conmover al usuario y hacerle despertar emociones tan reales como si fuera una persona de verdad.
De hecho, durante el 2015 Invisible Boyfriend e Invisible Girlfriend consiguieron medio millón de visitantes en sus webs provenientes de 193 países diferentes.
Personalizar la pareja para conseguir un amor a la carta
Aunque tener una pareja virtual puede sonar un poco impersonal, la aplicación la humaniza al máximo posible: permite a los usuarios escoger el nombre, la edad, la personalidad, crear una historia previa de cómo se han conocido y el aspecto físico entre un dossier de fotografías que ofrece o bien cargar alguna propia. Todos estos aspectos se tienen en cuenta a la hora de enviar los 100 mensajes de texto, los 10 mensajes de voz y la postal escrita que este servicio incluye al mes por un precio de 15€. Los que se oigan cómodos y quieran tener más «intimidad» pueden pasar a la versión premium, pagando un poco más, para recibir mensajes más subidos de tono.
¿Una aplicación nos puede conocer de verdad? «Parece increíble, pero con la información personal que se mueve a internet sobre nosotros pueden conocer muy bien nuestros gustos|sabores y carácter», afirma el profesor de Informática de la UOC Antoni Pérez. La tecnología y el cruce de datos lo posibilitan.
Algunas de estas aplicaciones se nutren de la información —que el usuario da cuando acepta las cláusulas del contrato de uso— de sus cuentas de Facebook, Twitter, Spotify, búsquedas en Google o incluso la geolocalización. «Trabajan con un sistema de recomendación complejo del tipo aprendizaje (machine learning) y algoritmos heurísticos», afirma Pérez.
Las aplicaciones unen estos datos y adaptan, así, sus interacciones con el usuario: le recomendarán libros o compartirán canciones de acuerdo con sus intereses, le preguntarán cómo le ha ido la reunión que tenía en el calendario o la cita con el médico. Actuarán como lo haría cualquier pareja, o no, pero sólo virtualmente.
El peligro de tener un amor virtual
Matt Homann, creador de la red Invisible Girlfriend & Boyfriend, afirma que el proyecto es el resultado de la frustración y desesperación amorosa que vivió después de su divorcio y de la presión social que sentía para no tener pareja.
«El perfil de usuario es el de un individuo que tiene una incapacidad puntual o duradera para empezar una relación amorosa real, que tiene miedo del fracaso, frustraciones acumuladas o baja autoestima,» afirma Mireia Cabero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. Este recurso emocional se convierte en una vía de salida para la gente que sufre mucha presión social por el hecho de no tener pareja.
Para Cabero es un autoengaño; hace falta aprender a aceptar y relativizar el hecho de ser diferente del estándar social y vivirlo con naturalidad. ¿Estas aplicaciones pueden ser un buen entrenamiento para citas futuras? Para la psicóloga, la confianza en uno mismo sólo se consigue en la práctica real y no en la virtual.
«Una persona con una alta confusión se podría llegar a enamorar de este compañero o compañera virtual», alerta a Cabero. Según Núñez, desarrollar dependencia psicológica puede ser peligroso, pero no más que algunas relaciones tóxicas con personas de carne y huesos.
«¿Es una alternativa a las relaciones mixtas (personales y tecnológicas, como son todas) adoptada conscientemente y voluntariamente o es una alternativa a la incapacidad individual de establecer o mantener relaciones y, por lo tanto, constituye un consuelo tecnológico»?, reflexiona Eulàlia Hernández, psicóloga de la UOC. «Los peligros y los beneficios dependen del uso que el usuario haga de esta tecnología», concluyen a estos expertos.