SEGRE

MEMORIA HISTÓRICA GUERRA CIVIL

En nombre de los deportados

La Segarra recordará a doce prisioneros de la comarca en los campos de exterminio nazis con adoquines dorados ante sus antiguas casas || El historiador Jordi Oliva y el Fòrum L’Espitllera llevarán a Lleida un proyecto que honra de este modo a 50.000 expatriados de 21 países

Rosas blancas junto a los Stolpersteine colocados en la Plaça de l’Ajuntament de Igualada.

Rosas blancas junto a los Stolpersteine colocados en la Plaça de l’Ajuntament de Igualada.

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La Segarra recordará a doce deportados durante la Guerra Civil instalando ante sus antiguas casas adoquines dorados que llevarán grabados su nombre, su origen, su fecha de nacimiento y muerte, y el campo de exterminio nazi al que fueron trasladados. El historiador Jordi Oliva, impulsor del proyecto El cost humà de la Guerra Civil a Catalunya, y el Fòrum l’Espitllera promueven esta iniciativa en colaboración Gunter Demming, artista alemán que ha mantenido así el recuerdo de 50.000 deportados en 21 países de Europa.

Demming ha bautizado este proyecto como Stolpersteine, término alemán que alude a una piedra que sobresale en el camino. Se trata de cubos de cemento coronados por placas de latón de diez centímetros de ancho y diez de largo que, una vez instalados, sobresalen ligeramente sobre el nivel de la acera. El primero en Catalunya se instaló en Navàs en 2015 y, desde entonces, pueden encontrarse también en otras localidades como Castellar del Vallès, Igualada y Manresa.

El artista Gunter Demming ha llamado así al proyecto, en alusión a piedras que sobresalen en el camino

El Memorial Democràtic de Catalunya pagará el traslado y el trabajo del artista. En cuanto al coste de las piedras, de 120 euros cada una, lo sufragarán conjuntamente entre el organismo de la Generalitat y el Fòrum L’Espitllera. Oliva indicó que recabarán también apoyo económico de ayuntamientos y del consell de la Segarra. Uno de los deportados durante la Guerra Civil en la Segarra fue Antoni Merli Cornellana, agricultor nacido en Les Oluges el 19 de abril 1897 y que falleció en el campo de exterminio de Gusen el 21 de noviembre de 1941. Su hija, Josefa Merli, reside en Igualada. Nacida en 1929, recuerda que sus padres huyeron con ella y su hermana en un carro y se refugiaron en casa de unos conocidos en Peyriac de Mer, donde trabajaron hasta que los nazis separaron la familia y llevaron a su padre a Gusen. “Era horrible lo que hacían con las personas, y por eso ahora me pongo en la piel de los refugiados que viven una situación parecida”, concluye.

Once muertos y sólo un prisionero que escaparon con vida de Mauthausen Apresados tras cruzar la frontera, casi todos los deportados de la Segarra a campos nazis encontraron la muerte en ellos. Además de Antoni Merli, fallecieron en Gusen Miquel Porté Rius, de Cervera (1 de enero de 1942); Josep Riera Closa, de Cervera (1 de dicembre de 1943); Ramon Bonet Villarubí, de Granyena (1 de diciembre de 1941); Salvador Calderó Aldabó, de La Prenyanosa (26 de julio de 1941); Àngel Brunet López, de Sanaüja, (2 de diciembre de 1941; Magí Solé Ballesté, de Talavera, (24 de agosto de 1941), y Antoni Cases Blanch, de Torà (24 de mayo de 1941). Antoni Merli Cornellana, de Biosca, el día de la boda (1929) / Foto: Josefa Merli Otros dos vecinos de la Segarra fallecieron en el año 1941 en el campo de Harteim. Se trata de Jaume Vilagrosa Montraveta, de Biosca (10 de setiembre) y Ramon Alseda Sanou, de Cervera (26 de septiembre). Ese mismo año, Ramon Gomà Solé, de Tarroja, fallecería en el campo de Steir el 24 de noviembre. También fue deportado Magí Bernat Amat, originario de Sant Antolí, que ingresó en Mathausen el 5 de mayo de 1945. Sin embargo, Bernat consiguió escapar con vida del campo de concentración.

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