INFANCIA FORMACIÓN
El duelo, una asignatura pendiente
El Servei de Suport al Dol de Ponent ofrece un proyecto en centros educativos para hacer pedagogía positiva de la muerte || Incluye la prevención del suicidio para adolescentes en los institutos
Hablar de la muerte y el duelo con niños y adolescentes, prepararse para la pérdida o gestionar y acompañar en el dolor son algunas de las grandes asignaturas pendientes de la sociedad. Por esta razón, desde el pasado octubre, el Servei de Suport al Dol de Ponent ha puesto en marcha un nuevo proyecto gratuito dirigido a los centros educativos de Lleida (escuelas, institutos, ludotecas, centros de escoltas, etc) con la colaboración de la Diputación y la Paeria. De momento, cinco centros ya se han adherido a la iniciativa, que lleva por título Connecta’t a la vida. Pedagogia positiva sobre la vida i la mort y que va dirigida a profesores y padres de alumnos.
Begoña Giménez, coordinadora del Servei de Suport al Dol de Ponent, explicó que el programa consta de tres objetivos clave: ayudar a familias y profesores a pasar un duelo saludable en caso de muerte de una persona querida por los alumnos; aportar recursos y dinámicas para hacer pedagogía del ciclo de la vida desde el nacimiento hasta la muerte, pasando por la enfermedad, como oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal, y finalmente prevenir situaciones de duelo patológico y desarrollo de conductas de riesgo, depresiones o somatización del dolor emocional.
“Hablar de la muerte, el duelo y el suicidio con los niños y adolescentes nos permite saber qué saben y qué desconocen, si tienen ideas equivocadas, miedos o preocupaciones”, afirmó Giménez. Para hacerlo, el programa propone cuatro actividades distintas, que pasan por una charla con padres y madres, un taller de recursos socioeducativos para que los profesores puedan tratar el tema de la muerte en clase, la creación de un protocolo de intervención en caso de pérdida y duelo y, en el caso de los institutos, prevención de la ideación suicida (detectar señales de alerta, factores de riesgo, perder el miedo a hablar de ello, etc).
“Hay que romper tabúes y dar visibilidad a temas que son ley de vida y que, de no ponerlos sobre la mesa, pueden comportar sufrimiento, angustia o incomprensión”, afirmó Myriam Lorenzo, presidenta de la entidad. “El duelo es un proceso adaptativo, natural y necesario con el que el menor se encontrará a lo largo de su vida. No podemos permitir que la muerte sea un tema tabú rodeado de silencio y oscuridad, por lo que reivindicamos hacer pedagogía positiva”, añadió.
El Servei de Suport al Dol de Ponent impartió uno de estos talleres el pasado jueves en el colegio Enric Farreny de la Bordeta. Maite Melero, vocal del AMPA del colegio, afirmó que solicitaron el servicio al considerar “absolutamente necesaria” una formación para hablar del duelo con naturalidad. “Los niños preguntan mucho sobre la muerte y no siempre sabemos qué contestarles y cómo hacerlo”, afirmó. Según Melero, el programa es “muy recomendable” y animó a otros centros educativos a sumarse a esta iniciativa. “Es un programa ameno y tranquilizador”, concluyó.
¿Qué aconsejan a las personas que tienen que comunicar la muerte de un ser querido a los niños?
Primero hay que tener en cuenta la edad del niño, porque su manera de entender la muerte es muy distinta según los diferentes ciclos. Hay que explicarlo de forma clara y entendedora.
¿Cómo hay que darles la mala noticia?
Hay que encontrar un espacio donde se sientan seguros, un lugar íntimo. Ponernos a su altura y hacerles una breve introducción de la situación. Por ejemplo, si un familiar ha muerto en un accidente de tráfico, hay que explicarles que aquella persona se había ido con el coche, que a veces hay accidentes, etc. Después hay que decirles que la persona ha muerto y es muy importante decirlo claramente y pronunciar las palabras “ha muerto”. Posteriormente, hay que dejar que el niño “explote” si necesita hacerlo, que exprese sus sentimientos, su rabia.
¿Cómo recomiendan acompañarles después?
Posteriormente hay que estar presentes, disponibles, crear un ambiente afectuoso para ellos y, sobre todo, permitir la expresión emocional. También debemos reconocer que no siempre tenemos respuestas para todo y ser sinceros.