La primavera será menos intensa para los alérgicos al polen
Esta primavera será en general menos intensa que la del año pasado para los cada vez más alérgicos al polen -unos ocho millones- ya que las previsiones apuntan en la mayor parte del país a concentraciones de gramíneas de muy leves a moderadas.
Pero el incremento de las temperaturas y de los niveles de CO2 podría adelantar a mediados de abril el inicio de la polinización de las gramíneas con lo que los alérgicos pueden empezar a tener en ese mes problemas.
Estas son las previsiones que ha realizado la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) a partir de los datos facilitados por la Agencia Estatal de Meteorología y de otros factores, como la temperatura y las lluvias de otoño y primavera, que han sido determinantes para las cifras "altísimas" que se esperan en Extremadura.
Así lo han explicado el presidente de la Seaic, Joaquín Sastre, y el presidente del Comité de Aerobiología de la sociedad, Ángel Moral, quienes han avanzado que la primavera será moderada en general, salvo la citada excepción.
En España, las gramíneas son la principal causa de alergia al polen. Hay unos seis millones de alérgicos a ellas, y se puede decir, atendiendo a los granos que se prevé recoger, que en el norte, en la zona septentrional la primavera será leve (cuando las concentraciones son de 2.000 a 4.000 granos.
Cada vez hay más alérgicos al polen de las gramíneas, el olivo y el platanero, mientras que se mantiene el número de alérgicos a los ácaros del polvo y los hongos. Sube también la sensibilización a los epitelios de los animales, como perros, gatos y gangster, ya que "cada vez tenemos más mascotas".
Pero el aumento de los alérgicos al polen lo han constatado directamente en consulta los alergólogos. En diez años, los pacientes sensibilizados al polen han aumentado de un 22 % en 2005 a un 33% en 2015.
El motivo del incremento está en el cambio climático, apreciable en un invierno atípico de temperaturas frías alternas con otras más propias de la primavera y escasas precipitaciones, y los efectos de la contaminación, según ha argumentado Moral.
Las partículas eliminadas en la combustión de los motores diesel y por las calefacciones en las zonas urbanas crean un ambiente hostil a las plantas y éstas 'para defenderse' producen proteínas de estrés que hacen, además, más agresivos a los pólenes de las ciudades, donde la contaminación les impide abandonar la atmósfera, con lo que se está más tiempo expuestos a ellos.
Por eso, como medida de prevención, los especialistas recomiendan a los ayuntamientos que eviten plantar especies que sean muy alergénicas, como los plátanos de sombra, cipreses, olivos y abedules, y realizar podas controladas en invierno.
A los alérgicos les recomiendan, además de la vacunación y seguir los tratamientos correspondientes, usar mascarillas homologadas y hacerlo sobre todo de diez de la mañana a cuatro de la tarde, cuando se dan los niveles más altos de polen; llevar las ventanillas del coche cerradas, cambiar la ropa cuando lleguemos a casa y evitar tender la ropa fuera.