TECNOLOGíA
Denuncian que aplicaciones de mensajería pueden usar datos privados para enviar publicidad
La OCU ha alertado que esta práctica requiere del traspaso de estos datos a terceros sin conocimiento previo del consumidor
Las aplicaciones de mensajería instantánea pueden utilizar las informaciones y datos privados de los usuarios para hacerles llegar publicidad, lo que requiere del traspaso de estos datos a terceros sin conocimiento previo del consumidor.
Así lo ha denunciado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tras analizar once aplicaciones de este tipo seleccionadas entre las que están disponibles en las tiendas de App Store y Google Play, que cuentan con el noventa por ciento de la cuota del mercado.
La OCU ha recordado, en una nota, que nueve de cada diez españoles utilizan servicios de mensajería instantánea y que, la mayoría de estas, solo requiere de conexión wifi para funcionar.
Solo Google Alli y Whatsapp están vinculadas a un número de teléfono móvil y necesitan, por tanto, una tarjeta SIM.
Para la OCU el punto más crítico de estas aplicaciones tiene que ver con la información que se comparte y con el derecho a la privacidad de los consumidores, pese a que la mayoría ofrecen medidas de seguridad como la encriptación de datos para garantizar que no se pueda acceder a las conversaciones privadas.
Al respecto, la organización ha detectado que al utilizar un teclado diferente al que la aplicación indica por defecto, se pueden perder las medidas de seguridad y encriptación, cuestión sobre la que las aplicaciones no advierte al usuario.
En cuanto a las funciones, la mayoría de estos servicios ofrecen: realizar llamadas de audio y vídeo, crear conversaciones en grupo, información sobre si el mensaje ha sido recibido y leído, compartir ubicación e incluso bloqueos de números concretos, solo Snapchat y Telegram ofrecen a los usuarios mensajes autodestructivos.
Finalmente, la OCU ha advertido de que la mayoría de consumidores no son conscientes del riesgo que esto supone para su privacidad, por lo que exige una mayor protección de los datos por parte de los proveedores de las aplicaciones y una información más precisa sobre la finalidad para la que se recaban y usan dichos datos.