MEDIO AMBIENTE
El último adiós a una mascota
La mayoría de propietarios leridanos de perros y gatos optan por la incineración cuando fallece su animal || La legislación no permite enterrarlos en el campo, a pesar de ser una práctica común
Perder una mascota es, para muchos, un trance difícil de superar. A la pena de haber perdido a un ser querido, hay que sumarle el mal trago de decidir qué hacer con el cuerpo del animal. Por normativa, los dueños de las mascotas tienen tres opciones: enterrarlos en un cementerio de animales habilitado para tal fin, proceder a una incineración individual para poder recuperar sus cenizas o a una incineración colectiva junto con otros animales. Lo que prohíbe expresamente la normativa es enterrar a los animales en el campo, a pesar de disponer de una parcela privada, una práctica muy extendida en muchas localidades de Ponent.
El Estado español es el encargado de adaptar y hacer cumplir la normativa europea que considera a los animales de compañía como residuo urbano, por lo que recomienda la incineración. Carme López, presidenta del Col·legi de Veterinaris de Lleida, explicó que la inmensa mayoría de los propietarios de mascotas optan por esta práctica, que ofrecen directamente los veterinarios. Según López, el 90% escogen la colectiva, mucho más económica que la individual, a pesar de no poder recuperar las cenizas. “Las clínicas veterinarias tienen un servicio de recogida de mascotas muertas concertado con alguna empresa privada”, explicó. Las tarifas varían en función de cada empresa o del peso del animal, aunque aproximadamente una incineración individual puede costar unos 250 euros y una colectiva, unos 60.
El 90% de los propietarios incineran a su mascota de forma colectiva, que es la opción más económica
En Torrelameu, la residencia canina Dog Mansion es una de las que ofrecen servicio de incineración. En cuanto a los cementerios de animales, en 2010 se inauguró uno en Lleida en la residencia canina Green House, pero la iniciativa no tiró adelante y actualmente no presta este servicio. El más próximo para los leridanos, ‘L’última llar’, se halla en Tarragona.
Prohibido enterrar a los animales en los cementerios no habilitados A pesar de que la incineración es el método más seguro para el medio ambiente para la eliminación de cadáveres, hay propietarios que descartan esta opción y prefieren enterrar el animal. Para ello, deben dirigirse a un cementerio habilitado para tal fin, como puede ser ‘L’última llar’, ubicado en Tarragona. Según fuentes del cementerio de Lleida, la ley no permite enterrar animales en los camposantos convencionales, aunque en alguna ocasión han llegado a recibir alguna solicitud que ha sido desestimada. En la mayoría de cementerios de animales autorizados es imprescindible entregar un certificado veterinario al ayuntamiento del municipio donde pertenece la instalación que especifique que el animal no ha fallecido como consecuencia de una enfermedad infecciosa o contagiosa. En este caso, el cadáver debería ser incinerado de forma que no pudiera transmitir la enfermedad.
La tenencia de animales de compañía, en aumento en Ponent La presencia de mascotas en casa es una tendencia al alza. Ya sea por el amor a los animales, por la compañía o por deseo expreso de los niños, lo cierto es que cada vez hay más hogares en Lleida que cuentan entre sus miembros con perros, gatos o hurones, entre otras especies animales. Así lo reflejan los datos del Arxiu d’Identificació d’Animals de Companyia de Catalunya (AIAC), facilitados por el Col·legi de Veterinaris. Según esta base de datos, en la provincia de Lleida hay actualmente 90.000 mascotas identificadas (1,2 millones en el conjunto de Catalunya), un número que va en aumento. Según los veterinarios, cada año los animales de compañía identificados aumentan a un ritmo del 5%. Ello se debe no solo al hecho de que cada vez hay más gente con perros y gatos en casa, sino también a que aumenta la conciencia ciudadana a la hora de inscribirlos en los censos de los ayuntamientos.