DISCRIMINACIÓN POLÉMICA
Un pub de la Zona Alta veta la entrada a jóvenes con Down
Down Lleida denunció ayer que un local de la Zona Alta vetó de madrugada, y por segunda semana consecutiva, la entrada a un grupo de jóvenes de la asociación. Según explicó a este diario la presidenta de la entidad, Pilar Sanjuán, los hechos ocurrieron en el pub Fissure de la calle Alfred Perenya cuando 14 jóvenes con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales, que iban acompañados de tres técnicos, quisieron acceder al local. Primero, y tras la experiencia de la semana anterior en la que se les impidió la entrada por estarse celebrando supuestamente una fiesta privada, entró sin ningún problema uno de los técnicos, que comprobó que se podía acceder libremente. Sin embargo, cuando quisieron hacer lo mismo los jóvenes se les impidió. “Primero nos volvieron a decir que era una fiesta privada, pero cuando respondí que yo había podido pasar sin acreditación, entonces dijeron, ya de malas maneras, que hoy no podía ser, que mañana sí”, explica Jordi Corpas, uno de los técnicos de ocio de Down Lleida que acompañaba a los jóvenes. Pidieron la hoja de reclamaciones y cuando quisieron que les fuera admitida se negaron y avisaron a los Mossos. “Ni con los agentes allí los dejaron entrar”, explica Sanjuán. El escrito lo presentarán en la Agència Catalana de Consum, pero llevarán el caso ante la Fiscalía por vulneración de los derechos de las personas con discapacidad intelectual. “No puede ser que todavía pasen cosas así”, apuntó Sanjuán.
Desde el pub Fissure aseguraron a este diario que llevaban años dejando entrar a jóvenes con Down, pero que “desde enero venían cada semana y los clientes habituales se iban porque no se sentían cómodos. Había bajado la facturación y tomamos esta decisión empresarial”. “Hemos enviado un correo electrónico a la entidad pidiendo perdón. Es una decisión equivocada y rectificaremos”, aseguraron.
“Solo queríamos bailar. Somos personas como otras cualquiera” El grupo de jóvenes con Down vetados en un pub de Lleida venían de celebrar un aniversario y solo querían divertirse. “Nos dijeron que no podíamos entrar cuando vieron que teníamos síndrome de Down. Solo teníamos ganas de bailar. Me sentí fatal”, recuerda Ester Nadal, una de las jóvenes que vivieron la desagradable situación. “Somos personas como otras cualesquiera. Nunca antes nos había pasado algo así”, apunta Laia Borràs, otra de las integrantes del grupo. Y es que Down Lleida no recuerda haber sido objeto de una discriminación.