Viernes Santo de calor y pasión

Las comarcas de Lleida vivieron ayer una jornada de Viernes Santo de pasión y devoción religiosa, y también de mucho calor. La meteorología más que primaveral acompañó las celebraciones propias del día desde primera hora de la mañana, con los tradicionales via crucis, y hasta última hora de la noche, con las procesiones. Miles de leridanos siguieron la del Sant Enterrament en la capital del Segrià, que organiza puntual cada año desde las 21.00 horas la Congregació de la Puríssima Sang, encabezada por los Armats de la Sang y con la presencia del obispo de Lleida, Salvador Giménez, además del alcalde, Àngel Ros, y del nuevo prior de la congregación, Jesús Rodríguez Mur, entre otras autoridades tanto civiles como militares. La procesión siguió el recorrido estrenado en 2015, con una decena de pasos y Cristos con salida de la iglesia de la Sang, en la calle Sant Antoni, y marchando por la avenida Catalunya, Lluís Companys, Unió, Templers, Acadèmia, Alcalde Costa y regreso al templo. Les acompañaron tres bandas de cornetas y tambores y la banda Ilerband, además de una quincena de penitentes con cruces de madera a la espalda y cadenas en los pies. Por la mañana, centenares de fieles participaron en cinco via crucis por las calles de la ciudad desde las parroquias de la Sagrada Família (Cappont), Salvador (Pardinyes), Sant Martí (centro histórico), el Carme (Eix Comercial) y Sant Pau (Mariola).

Por otro lado, también vivieron via crucis y procesiones municipios como Balaguer, Tàrrega, La Seu d’Urgell, Bossòst, Alpicat, Talarn, Esterri d’Àneu, Torrelameu o Preixana.

La Passió, en la iglesia del Carme de LleidaLa iglesia del Carme de Lleida se llenó ayer de espectadores para presenciar la puesta en escena del drama de La Passió, a cargo de los actores de la agrupación teatral TOAR de Lleida. De hecho, esta representación se ha convertido en un auténtico clásico del Viernes Santo en la capital del Segrià, desde que el TOAR decidió hace veinte años adaptar el texto de la tradicional Passió de Cervera para escenificarlo en el presbiterio de la iglesia del Carme, en la rambla Ferran.