Gabi Martínez: «Hay que analizar nuestro nivel de estrés y reaccionar»
Su nuevo libro, “Las defensas”, parte de la historia de un neurólogo que se volvió loco. ¿Cómo llegó hasta ella?
El mismo protagatonista, el neurólogo Domingo Escudero, se me acercó cuando firmaba libros en Sant Jordi y me dijo: “Tengo una historia que podría interesarte. Soy neurólogo y un día me volvió loco”. A partir de ahí, empiezo a investigar.
¿El libro narra la historia de este neurólogo?
Explica cómo el estrés puede llevar a una persona hasta la locura, el proceso que le lleva hasta esa situación y qué la genera. Pero no es un libro que habla de la enfermedad, sino de la presión que supone vivir en una ciudad primermundista donde las presiones pueden acabar con tus defensas.
¿De ahí el título de la novela?
Sí, el libro trata de hacerte reflexionar sobre las defensas que nuestra educación nos determina y cómo debemos reconstruirnos cuantos estas caen. Cuando vemos que el esfuerzo no siempre tiene recompensa, que la familia tiene grietas y que la autoridad no siempre es justa.
¿Pero el neurólogo estaba loco?
Tenía una enfermedad que fue diagnosticada un año después de su ingreso en un psiquiátrico. El libro propone un camino de cómo alguien puede llegar a ese nivel de estrés y de esta forma ayudo al protagonista, repasando momentos de la historia como la crisis o el terrorismo, a rellenar su año en blanco.
¿Qué influencias tiene la historia?
Hay momentos de violencia y sexo, de hablar sobre la presión laboral que vivimos, la importancia de las mujeres en la vida del personaje y de cómo nos relacionamos con nuestro interior.
¿Qué pretende provocar en el lector con este libro?
Mi intención es provocar una reacción. Que el lector reconozca su entorno y que se pregunte qué nivel de estrés tiene. Cualquiera puede verse identificado con el neurólogo y puede decidir si hace algún cambio en su vida.
Es una historia de esperanza...
A pesar de la experiencia tan dura que explica, el libro abre una puerta a tomar la iniciativa. Intenta impulsar al ciudadano a tomar la iniciativa, a hablar desde su interior y recuperar el contacto con lo natural, sin reproducir discursos impuestos.
