FORMACIÓN
Pilotos de dron “made in Lleida”
Las inmediaciones del aeropuerto de Alguaire acogen las primeras prácticas para manejar estos dispositivos || Los once participantes conseguirán, tras pasar un examen, un título homologado
Iris Monfort, Àlex Ticó y Raül Esteve, tres de los participantes, junto a dos instructores de Hemav.
Tras haber superado 60 horas de formación teórica en el Parc Científic i Tecnològic de Gardeny, los participantes en el primer curso de pilotos de drones de hasta 25 kilos que se hace en Lleida empezaron este martes las prácticas para aprender a hacer aterrizajes, maniobras y variaciones de rotaciones. Lo hicieron en un punto ubicado a unos 4 kilómetros del aeropuerto de Alguaire, un tanto alejados de sus planes originales. Xavier Labrador, jefe de formaciones prácticas de Hemav, la empresa que imparte el curso, explicó que las clases prácticas debían hacerse en el mismo aeropuerto, previa solicitud de los permisos correspondientes, pero las interferencias con el radar lo impidieron.
“Los drones llevan incorporados unos sistemas de seguridad que impiden volar cerca de aeropuertos. Los desactivamos, pero aún así, no funcionaban correctamente y no podían elevarse”, explicó. Tras buscar un punto confortable en un camino entre los sembrados, tres de los once participantes de la primera promoción del curso empezaron a practicar, organizados en grupos reducidos. Una de las participantes es Iris Monfort, ingeniera forestal. “Nunca había tocado un dron, pero creo que esta es una buena oportunidad para poder investigar sobre la deforestación, la mortalidad o el crecimiento de los bosques a escala local”, afirmó.
El 90% de los drones se usa para hacer fotos o vídeos mientras que la ley, muy restrictiva, va a ser revisada
Del mismo modo opinó Àlex Ticó, otro de los participantes. Àlex está cursando un ciclo formativo sobre excavaciones y topografía. “Tengo dron desde hace un año y es un mundo que me encanta y que promete mucho”, afirmó. Raül Esteve, por su parte, dejó su profesión de transportista para probar suerte en este campo. “No me gustaba mi trabajo y decidí cambiar y apostar por un sector con futuro como este”, explicó.
Entre las salidas profesionales que pueden hallar los pilotos de drones, Labrador destacó la agricultura de precisión, las inspecciones de instalaciones industriales (torres de alta tensión, placas solares, construcciones, etc) y la topografía, aunque también explicó que a día de hoy el 90% de los usos de los drones son audiovisuales, es decir, para hacer fotografías y vídeos. Actualmente, el sector cuenta con una ley muy restrictiva que está a punto de ser revisada. El principal cambio de esta modificación legal es que se podrá volar en espacio urbano con permiso del ayuntamiento y de la policía y que se limitará a máquinas de hasta 10 kilos como máximo. Las multas ahora van hasta los 225.000 euros.
Las claves
- Curso. Consta de 60 horas de formación teórica y cuatro horas de práctica. La formación corre a cargo de Hemav, la mayor operadora de drones del Estado.
- Plazas y precio. El curso contaba con 20 plazas disponibles y el precio es de mil euros.
- Homologación. La formación está homologada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y el título que se obtiene tiene validez en todo el Estado.
- Bolsa de trabajo. Los participantes entran a formar parte de la bolsa de pilotos que Hemav pone a disposición de las empresas.
- Normativa. Está a punto de actualizarse pero a día de hoy es muy restrictiva. No se puede volar un dron a menos de 150 metros de zonas urbanas y las negligencias pueden comportar multas de hasta 225.000 euros.
Iris Monfort, Àlex Ticó y Raül Esteve, tres de los participantes, junto a dos instructores de Hemav.
