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«Antes de la crisis vivíamos bien y ahora estamos de okupas»

Raquel Lara, usuaria de los programas de atención de Creu Roja, ayer en la sede de la entidad.

Raquel Lara, usuaria de los programas de atención de Creu Roja, ayer en la sede de la entidad.ÒSCAR MIRÓN

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Raquel Lara

Usuaria de Cruz Roja

Raquel Lara es una vecina de Lleida cuya familia depende de las ayudas de Cruz Roja para poder llegar a final de mes. Hace un año que Raquel, su marido y sus dos hijos de 5 y 10 años viven en un piso okupa, del cual podrían ser desahuciados en julio. Raquel, de 31 años, sólo trabaja una hora al día como cuidadora en un colegio, con un sueldo que no llega a los 200 euros en el mes, y su marido, en paro, trabajará en la campaña de la fruta durante dos meses. “Estamos en esta situación desde hace seis años, cuando empezó la crisis de la construcción y mi marido se quedó sin trabajo”, explica Raquel. “Antes de la crisis vivíamos bien, teníamos para todo, incluso para nuestros caprichos”, señala, ya que el matrimonio trabajaba con un contrato estable.

Desde el septiembre pasado, esta familia acude a Cruz Roja para buscar alimentos y ayudas para los niños. “No tenemos ninguna prestación porque al estar empadronados con mi madre no puedo acceder al PIRMI y no puedo registrarme en el piso okupa”, explica esta joven. Una situación que podría empeorar si son desahuciados dentro de dos meses. “estamos negociando con el banco para que no nos hagan fuera”, afirma. Con respecto al futuro, Raquel lamenta que si siguen así “no habrá jubilación para nosotros y lo que quiero es un trabajo ya, y no de una hora”. Una situación que les ha afectado a la salud, con problemas de depresión y ansiedad, por los que también han necesitado ayuda médica.

Aunque hace años que arrastran problemas económicos, le costó mucho pedir ayuda. “Me daba vergüenza”, reconoce en este sentido a Raquel.

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