Rebelión contra la homofobia

Más de 200 alumnos, la gran mayoría de ellos del Gili Gaya pero también de otros institutos de Lleida, se concentraron este miércoles frente al centro educativo para protestar por las palabras homófobas pronunciadas por el profesor de Filosofía Santiago Fernández Burillo durante una clase el lunes (ver SEGRE de este miércoles), en las que calificó de antinatural la homosexualidad y que motivaron el abandono del aula por parte de los estudiantes.

Ataviados con la bandera arco iris y con diferentes pancartas, los alumnos gritaron consignas como “Quien siembra homofobia, recoge rabia”, “Nuestra pluma no tiene cura” o “Gili Gaya ya no calla”, antes de leer un manifiesto con el que denunciaron que “es intolerable que personas con ideas propias de la Edad Media puedan seguir ejerciendo la docencia” y denunciaron que el discruso homófobo supone un delito de odio.

También aseguraron que no se trataba de la primera vez que el profesor hacía comentarios de esta índole, algo que corroboraron otros alumnos. “Lleva desde que entró al instituto haciendo comentarios machistas, racistas o discriminatorios, pero esto ha sido la gota que ha colmado el vaso”, apuntó Berta Puig, alumna que el lunes se encontraba en la clase de Filosofía.

Sin embargo, la directora del centro, Carme Panadés, que dijo entender y respetar a los alumnos, aseguró desconocer que hubiera hecho comentarios de esta magnitud, algo que los alumnos niegan. Entretanto, Colors de Ponent ya ha presentado una denuncia ante el Observatori contra l’Homofòbia para estudiar si las palabras del profesor vulneran la normativa y exigir a la Generalitat que tome medidas.

La entidad reclama una disculpa pública por parte del docente ya que, dicen, no es la primera vez que hace comentarios de este estilo, y también ha solicitado una reunión con el delegado de Enseñanza, departamento que apuesta por la mediación.

El docente asegura que se disculpará con los alumnos “El profesor nos ha ratificado que hará un comunicado de disculpa de cara a los alumnos, que se retracta y que no tenía ninguna intención de ofender a nadie”, aseguró este miércoles Carme Panadés, directora del Gili Gaya. Pedir perdón a toda la clase era una de las peticiones de los alumnos, además de que retirase sus palabras y las amenazas de suspenderlos. El docente, de 64 años (40 en el centro) y que sufre una cardiopatía, no acudió este miércoles a clase. Sí lo hizo la inspección y desde el centro reiteraron su tolerancia cero con la homofobia y que todo el tema está en manos de Enseñanza. Desde la conselleria consideraron que “son reprobables y nada acertadas” las afirmaciones del profesor y valoraron como “acertada la actuación de los alumnos, por el sentido crítico y democrático”. Además, la comunidad educativa y el consejo escolar, sin mencionar el incidente, aseguraron en un comunicado que manifiestan su rechazo absoluto a cualquier manifestación verbal contra la libertad sexual, de religión, creencia u opinión. “Defendemos la libertad de expresión e individual siempre desde el respeto, en todo aquello que la ley no prohíbe”, señalaron.